Sr. Director:

Una vez más le felicito por la profundidad y valentía con la que trata un tema tan importante como son los valores de la vida -tanto para saber vivirla, sean cuales sean las circunstancias y obstáculos (físicos o espirituales), que debamos superar- como para afrontar la partida de esta tierra (que todos debemos hacer un día u otro), con la dignidad de aceptar la voluntad de Dios, que nos dio la vida.

Y enfoca el mal ejemplo del Sr. Javier Fesser que ataca precisamente la bondad en beneficio de la maldad. Nos guste o no, lo comprendamos o no, el señor Ramón Sampedro es un hombre enfermo que no comprendió su grandeza como hijo de Dios, mientras que la niña Alexia nos ha demostrado a todos con el ejemplo como debemos actuar.

Lamentablemente vivimos en una sociedad en que lo bueno parece malo y lo malo parece bueno como ya escribió hace unos años el Apóstol Pablo en su carta a Timoteo. Y siguiendo el ejemplo de Pablo, tiene usted mucha razón cuando dice que los Cristianos no deben acudir a los tribunales, creo que el comentario (totalmente respetuoso, por otra parte), del señor Eduardo Pérez, no es acertado. Cristiano significa discípulo de nuestro Señor Jesucristo, y Él mismo con su ejemplo nos enseñó lo mismo que nos predicó:

Y he aquí, está escrito: Ojo por ojo y diente por diente; 39  mas yo os digo que no debéis resistir al mal, antes bien al que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40  Y si alguien te demanda ante la ley, y te quita la túnica, déjale también la capa. 41  Y quien te obligue a ir una milla, ve con él dos. (Libro de Mormón | 3 Nefi 12:38 - 41).

Yo también espero que la familia de Alexia, siguiendo el maravilloso ejemplo de ella, no acuda a las tribunales; porque una cosa es tener que defenderse en los tribunales porque alguien te lo exige, y otra muy distinta es acudir nosotros a los tribunales con el fin de satisfacer nuestro orgullo herido (sea cual sea el grado de herida que hayamos sufrido); el Apóstol Pablo no acudió a los tribunales, por lo segundo, se vio obligado por lo primero.

Ángel Garnelo

angelgarnelo@grupoaei.com