Carla, de 14 años, es una niña de un hogar desestructurado ya que vive con su joven madre, que la tuvo soltera, y que dedica más tiempo a pasarlo con su novio que con su hija. Eso ha hecho que Carla se sienta abandonada, a pesar de contar con un amigo especial que se llama Efraín. Pero cuando se empieza a sentir mal no sospecha que con tan temprana edad esté embarazada, ni que será llevada a una casa de acogida de madres adolescentes.

La joven directora zaragozana Pilar Palomero, que asombró favorablemente con Las niñas (2020), sigue narrando historias de adolescentes pero ahora abordando el embarazo juvenil.   

El drama urbano La maternal rezuma autenticidad por todos lados, no solo por estar describiendo casos reales de madres adolescentes, la mayoría de ellos dramáticos,  sino porque algunas chicas del reparto,  Estel Collado, Sheila Baños y Jamila Bengharda, narran su historia ante la cámara, bien apoyadas por la verdadera tutora, Karol, que tuvieron en esa casa de acogida. Un hogar lleno de orden, de disciplina, pero también de cariño, que ayuda a esas chicas menores, la mayoría procedentes de hogares deprimidos, a aceptar su embarazo y, posteriormente, a su hijo, dejándoles la posibilidad de que opten por la adopción si no se ven capaces de sacar adelante a ese bebé. Porque no olvidemos que hablamos de niñas que se convierten en madres, muchas veces, como ocurre con la protagonista de esta historia, sin conocer los riesgos de mantener relaciones sexuales a edades tempranas. Parece extraño en los tiempos actuales ese desconocimiento, pero resulta verosímil si hablamos de una chica criada en un pueblo, por una madre tan inmadura como ella. A este respecto la interpretación protagonista que hace Carla Quilez es de sobresaliente, más aún si tenemos en cuenta que se trata de su primera película, algo que le ha hecho merecedora de la Concha de Plata a la mejor interpretación femenina en el pasado Festival de San Sebastián. Ella encarna a la perfección a una adolescente rabiosa con la vida, con su situación, pero emperrada en salirse con la suya.

 No estamos ante una película provida pero sí, al menos, ante un film que muestra que hay ayuda y salidas para esas adolescentes-madres sin recurrir al aborto.

Pilar Palomero demuestra, con en su anterior película, que es una magnífica directora de actrices, que sabe primero seleccionar y luego dirigirlas a la perfección. Al igual que también conoce y aborda asuntos candentes en la sociedad para los argumentos de sus films.

La película siendo fresca y valida, no se detiene demasiado en el futuro al que aspiran esas jóvenes, a quienes la maternidad ha cambiado la vida, y abusa de diálogos malsonantes aunque las presenta como chicas alegres y valientes ante la adversidad.

Para: Los que les gusten los dramas que plantean situaciones cercanas y que calan en el espectador.