- "Se estaba celebrando la misa cuando oímos disparos muy cerca. Estalló el pánico", dijo el sacerdote metodista Simon Bashir.
- "Mujeres y niños empezaron a gritar y se produjo una estampida. La explosión fue tan fuerte que hizo que la iglesia se tambaleara".
- El ataque ha sido reivindicado por el Estado Islámico.
Que los
cristianos son perseguidos y mártires en
Pakistán no es novedad pero sigue siendo noticia.
Por ejemplo, el atentado en marzo de 2016 contra esta comunidad en un parque de Lahore (este), en las cercanías de una zona de juego infantil, que acabó con la vida de 73 personas e hirió a 359. El grupo
Jaamat-ul-Ahrar (JuA) reivindicó la acción e indicó que estaba dirigida contra cristianos, aunque solo 10 de los muertos pertenecían a esta religión y la mayoría eran musulmanes.
El último, un
ataque suicida en una iglesia metodista de la ciudad paquistaní de
Quetta, en el que
han muerto 10 personas y 44 resultaron heridas. "Se estaba celebrando la misa cuando oímos disparos muy cerca. Estalló el pánico", dijo
Simon Bashir, sacerdote de la iglesia metodista Bethel Memorial en la plaza Imdad de la ciudad de Quetta (oeste de Pakistán), donde se encontraban en ese momento alrededor de 300 fieles, informa
Antena 3.
El sacerdote explicó que hacia el mediodía
cuatro insurgentes dispararon primero a un policía en la entrada del recinto donde se encuentra la iglesia, protegida por altos muros, y luego a un agente situado en la puerta del templo. Sin embargo, indicó, la llegada de más fuerzas de seguridad evitó que entraran en el edificio y se desencadenó un
fuerte tiroteo, que se prolongó "durante unos 30 minutos".
De repente, uno de los cuatro terroristas logró
detonar los explosivos que portaba cerca de la puerta del edificio, mientras que otro de ellos fue abatido por la Policía, aseguró. "Mujeres y niños empezaron a gritar y se produjo una estampida. La explosión fue tan fuerte que hizo que la iglesia se tambaleara", describió Bashir, que añadió que la detonación dejó el templo muy dañado con muros caídos y cristales rotos.
Anwar ul Haq Kakar, portavoz del Gobierno de la provincia de Baluchistán, de la que Quetta es la capital, informó de que el número total de víctimas en el ataque fue de diez muertos, incluidos dos de los atacantes, y 44 heridos. Otros dos insurgentes se dieron a la fuga y "la Policía está tratando de capturarlos, pero no hay ninguna pista sobre dónde pueden estar", subrayó Kakar.
El primer ministro paquistaní,
Shahid Khaqan Abbasi, condenó el ataque y ensalzó la
rápida respuesta de las fuerzas de seguridad. "Toda la nación está unida contra el terrorismo y está comprometida en la lucha contra esta amenaza", afirmó Abbasi, según un comunicado de su oficina.
El grupo yihadista
Daesh reivindicó el atentado a través de un comunicado difundido en la red social Telegram, en el que afirmó que fue cometido por dos "mártires" del grupo. Según la versión de Daesh, uno de los terroristas detonó el cinturón de explosivos en medio de un grupo de "cruzados", mientras que el otro murió al enfrentarse a las fuerzas de seguridad.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com