• Y falsea los hechos. El principal apoyo científico del descubridor de las pinturas, el católico Sanz de Sautuola, fue Juan Vilanova Piera, catedrático de la Universidad Central de Madrid y científico también católico.
  • Para ambos, la conciliación entre la Teoría de la Evolución y la fe era perfectamente compatible, y por supuesto la conciliación con el relato de la Creación recogido en la Biblia.
  • Sin embargo, en algunos materiales promocionales de la película 'Altamira' y en algunos textos periodísticos sobre ella se sugiere o directamente se afirma que la Iglesia Católica negó la autenticidad de las pinturas.
  • La verdad es más bien la contraria: los también paleontólogos católicos Jesús Carballo y Hugo Obermaier, curas para más señas, intervinieron de forma determinante para el reconocimiento de su autenticidad en España y la obtención de dinero para la protección.
Este 1 de abril se estrena en los cines españoles la película "Altamira", protagonizada por Antonio Banderas y con participación de RTVE. Se trata de una película que pretende recrear lo sucedido en torno al descubrimiento de las pinturas de la Cueva de Altamira, hallazgo realizado por Marcelino Sanz de Sautuola (1831-1888), bisabuelo del difunto banquero Emilio Botín, informa Religión en Libertad. Lo que pasó puede leerse en el libro Altamira. Historia de una polémica, de José Calvo Poyato, publicado recientemente por Stella Maris, que lo narra de una manera bastante aceptable. Es en este texto donde podemos encontrar explicada con claridad y en varias ocasiones la condición de católico practicante de Marcelino Sanz de Sautuola, hecho que no queda en absoluto referido en los textos ni materiales promocionales de la película ni en el tráiler. El principal apoyo científico de Sanz de Sautuola fue Juan Vilanova Piera, catedrático de la Universidad Central de Madrid y científico también católico para más señas -como también se indica en el mencionado libro- que se puso de su parte certificando la autenticidad de las pinturas desde el descubrimiento de las mismas hasta la muerte del descubridor. Para ambos, miembros de la Iglesia Católica, la conciliación entre la Teoría de la Evolución y la fe era perfectamente compatible, y por supuesto la conciliación con el relato de la Creación recogido en la Biblia, que ya entonces se sabía que no era obligatorio interpretarlo literalmente. Muchos paleontólogos españoles de finales del siglo XIX y principios del XX eran católicos devotos que no veían contradicción entre su fe y esta ciencia. Algunos de ellos murieron como mártires de la fe en la persecución religiosa durante la Guerra Civil. En algunos materiales promocionales de la película Altamira y en algunos textos periodísticos sobre ella se sugiere o directamente se afirma que la Iglesia Católica negó la autenticidad de las pinturas. La verdad es más bien la contraria. Los defensores de Altamira (su descubridor, Marcelino Sanz de Sautuola, Juan Vilanova Piera y otros científicos católicos) eran cristianos convencidos y entusiastas de la ciencia. La realidad es que ni en la época del hallazgo de Altamira ni en la nuestra hay una enseñanza oficial de la Iglesia Católica que diga que la existencia de hombres prehistóricos o la evolución atenten contra las verdades de la Biblia. Calcular la edad de la Tierra leyendo literalmente los textos del Génesis es una práctica que nunca tuvo un respaldo firme del Magisterio. Tampoco se pronunció oficialmente la Iglesia Católica ni en España ni en el Vaticano sobre la autenticidad o falsedad de las pinturas de Altamira. Asumir que la Iglesia española se opuso al hallazgo o estudio de las pinturas o a su atribución prehistórica, decir que se enfrentó a su descubridor (católico) es una acusación gratuita y no científica. No es difícil sospechar que tras la película haya un planteamiento de ideología laicista. Este planteamiento laicista se adivina perfectamente en la cara del cura católico en el cartel de la película, que es "la cara del malo". Podrían haber buscado rostros afables, como el del Papa Francisco, pero eso no encajaría en su distorsión ideológica. A día de hoy la Cueva de Altamira es el primer lugar del mundo en el que se descubrió Arte Rupestre del Paleolítico Superior, de aproximadamente 15.000 años de antigüedad. En 1985 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los también paleontólogos católicos Jesús Carballo y Hugo Obermaier, curas para más señas, intervinieron de forma determinante para el reconocimiento de su autenticidad en España y la obtención de dinero para la protección de la misma, dinero que en primera instancia aportó el Duque de Alba. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com