Este lunes se ha celebrado la Junta de Accionistas de Atlantia, donde se ha aceptado la oferta del Gobierno italiano por el 88,06% de Autostrade per l’Italia (Aspi). Una decisión que la bolsa ha celebrado, pues la cotización de Atlantia ha subido un 2,84%, pero que tiene otra consecuencia: ACS ha perdido una ocasión para crear un gigante de las autopistas en Europa, aunque el mercado ha aplaudido que así no asume mayores riesgos (+0,79%).

El grupo italiano de infraestructuras y concesiones que tiene como principal accionista a los Benetton (a través de su holding familiar -Edizione- controlan el 30%) y como CEO a Carlo Bertazzo ha hecho una nueva versión del refrán a la tercera va la vencida. Y es que los accionistas de Atlantia han dado el ‘sí’ a la cuarta oferta de compra presentada por la sociedad pública italiana Caja de Depósitos y Préstamos (CDP) junto a los fondos Blackstone y Macquarie: valoraba Aspi en 9.100 millones, como en las tres anteriores que se habían rechazado, pero incluía una serie de ventajas que elevaban la recompensa a los accionistas hasta los 9.300 millones.

La oferta aceptada era inferior a la de ACS y a los 11.000 millones que valía Aspi, según el fondo The Children’s Investment (TCI), dueño del 10% de Atlantia que había anunciado que votaría en contra de la oferta de CDP al haber una alternativa 

Eso sí, la oferta aceptada se ha quedado por debajo de los 10.000 millones que ofrecía ACS y de los 11.000 millones que valía Aspi, según el fondo The Children’s Investment (TCI), dueño del 10% de Atlantia que había anunciado que votaría en contra de la oferta de CDP al haber una alternativa (la de la empresa española que preside Florentino Pérez, ¡Oh capitán, mi capitán!). Este último acumula una nueva derrota en pocos semanas después de fracasar el proyecto de la Superliga, de que el Real Madrid no ganara la Liga y de que Zinedine Zidane anunciara que deja de ser el entrenador. Sin embargo, al mercado le ha gustado que lo de Aspi no haya salido bien, evitando que ACS asumiera mayores riesgos, sobre todo, teniendo en cuenta que en los resultados del primer trimestre había ‘triquiñuelas’ contables.

El fin del culebrón de Aspi dará paz a Atlantia, tras haber perdido 67 millones de euros (pese al beneficio de Aspi) en el primer trimestre: podrá cerrar el capítulo negativo que lleva abierto desde que se produjo el derrumbe del puente Morandi de Génova en agosto de 2018, causando 43 muertos. Asimismo, conviene destacar que no afectará a Abertis, que elevó sus ingresos entre enero y marzo por la menor caída del tráfico: Atlantia y ACS son socios desde hace años en una operación de compra que se completó en octubre de 2018. Además, la venta de Aspi tampoco repercutirá en Cellnex, donde Edizione tienen vocación de permanencia y apoya la gestión, aunque hace unos meses perdió la primacía al no acudir a la última ampliación de capital: el fondo soberano de Singapur (GIC) se convirtió en el primer accionista.

Paralelamente, conviene destacar que dentro de Edizione también hay paz desde hace unos meses: Enrico Laghi sustituyó al cuestionado y veterano Gianni Mion, y cuenta con el respaldo de las cuatro ramas de la familia Benetton, convertido en el principal hombre del corporativo. Los cuatro representantes de la segunda generación familiar son Alessandro BenettonFranca Bertagnin Benetton y Christian Benetton -hijos de tres de los cuatro socios fundadores (Luciano, Giuliana y el fallecido Carlo)- y Ermanno Boffa, esposo de Sabrina Benetton y representante de la rama del fallecido Gilberto). En la Junta directiva de Edizione, además de los sillones de Laghi y de los de la familia Benetton hay otros dos que ocupan: Claudio de Conto y Vittorio Pignatti-Morano Campori.