Erupción del cono del volcán de Fuego de Guatemala
El cono del volcán de Fuego de Guatemala ha vuelto a escupir rocas, ceniza y gases pocas horas después de la violenta erupción registrada este domingo, que ha dejado al menos 69 muertos y más de 1,7 millones de afectados, según el último balance de las autoridades guatemaltecas, que siguen buscando supervivientes en la zona. La portavoz del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), Mirna Zeledon, ha detallado que apenas 13 de los fallecidos han sido identificados por el momento, informa RTVE.
El volcán de Fuego, situado a 35 kilómetros al suroeste de Guatemala, la capital, es un cono volcánico que alcanza los 3.763 metros de altura y que entró en erupción este domingo durante 16 horas, arrasando varias aldeas ubicadas en las cercanías y obligando a la evacuación de miles de personas. "El paisaje en el volcán ha cambiado totalmente, todo está completamente destruido", ha asegurado en la radio local el vulcanólogo Gustavo Chigna.
La erupción fue tan violenta que la columna de cenizas expulsadas llegó a 2.200 metros de altura por encima del cráter, según el Instituto Nacional de Vulcanología, que, aunque ha dado la erupción por terminada y cree que el volcán está volviendo a la normalidad, avisa de que "es posible que se reactive" en las próximas horas.
La erupción fue tan violenta que la columna de cenizas expulsadas alcanzó los 2.200 metros de altura
La erupción alcanzó, sobre todo, a varias poblaciones rurales cercanas al volcán y a la ciudad colonial de Antigua, patrimonio mundial reconocido por la Unesco y uno de los principales reclamos turísticos de Guatemala. El director de Conred, Sergio Cabañas, ha explicado que los fallecidos fueron atrapados por la lava incandescente -más de 700 grados centígrados- que bajó a toda velocidad por la ladera del volcán.
El organismo ha explicado que los equipos de rescate siguen buscando supervivientes en la zona, una búsqueda que tuvo que suspenderse este domingo con la caída de la noche, pero que se ha retomado al alba, sin que exista aún un balance oficial de desaparecidos.
"Si nos libramos esta vez, nos cogerá otra erupción" resumía con fatalismo en declaraciones a la agencia AFP Efraín González, un hombre de 52 años que consiguió alcanzar con parte de su familia un refugio instalado en la localidad de Escuintlan, a poca distancia de El Rodeo. La casa de González fue engullida por la lava que manó del cono volcánico y, aunque él logró huir junto a su esposa y un hijo de un año, no tienen noticias de sus otros dos hijos, una niña de 10 años y un niño de cuatro.
El volcán de Fuego entró en erupción por última vez en septiembre de 2012, cuando hasta 10.000 personas tuvieron que ser evacuadas, aunque la de este domingo fue la más violenta en cuatro décadas: "Nunca habíamos visto una cosa parecida", asegura Aura Concobar, una mujer de 38 años que consiguió escapar milagrosamente junto a una decena de familiares.
El Gobierno que preside Jimmy Morales ha declarado tres días de luto oficial y ha activado la alerta roja en los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, los más afectados por la catástrofe. El conjunto del país se encuentra en alerta naranja, a la espera de que el Congreso avale la solicitud de estado de excepción para poder desbloquear recursos para afrontar la catástrofe.
Por ahora, el presidente español, Pedro Sánchez, ni ha hablado de ayudar a Guatemala.