El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aprovechado el desconcierto actual para decirle al Gobierno de Pedro y Pablo que, “más allá de las medidas temporales para dar respuesta al coronavirus”, debe bajar los impuestos, no subirlos. Naturalmente, no han utilizado esas palabras -en el FMI son muy finos- y hablan de una política fiscal “básicamente neutral, con estabilizadores automáticos que operen libremente en apoyo de la actividad económica”. Toma del frasco, Carrasco. Traducido: que el Ejecutivo socio-podemita no sólo no debe subir los impuestos, sino que debe bajarlos para fomentar la actividad económica.

El Fondo no se olvida del déficit y avisa: “Cualquier retraso temporal en la consolidación fiscal debería ir acompañado de un compromiso creíble de ajuste futuro”. ¿Comprenden? La relajación actual en el cumplimiento del déficit debe corregirse en el futuro de una manera creíble, es decir, por la vía del recorte del gasto y no por la del aumento de los impuestos, cuya recaudación siempre es más incierta.

El organismo no se olvida de las pensiones, cuyo déficit, especialmente de las contributivas, “exige un compromiso a largo plazo para contener la presión sobre el gasto en pensiones derivado del envejecimiento de la población”, ha afirmado. Y no se queda ahí, sino que concreta, a su manera, tres medidas: “Retrasar la edad efectiva de jubilación incentivando una vida laboral más larga”, “incrementar los ingresos sin elevar el importe ya elevado de las cotizaciones” y “fomentar el ahorro complementario”. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, debería tomar nota.

El FMI también se ha referido al mercado laboral y no precisamente para pedir la derogación de la reforma del PP, como pretende Podemos. “A corto plazo, deberían profundizarse los esfuerzos en curso para atajar el abuso de los contratos temporales, puesto que ya han dado ciertos frutos en apoyo de la conversón de contratos temporales en indefinidos”, ha señalado, para luego añadir lo más importante: “A medio plazo, se necesita una transformación estructural que reduzca los incentivos a que los empleadores recurran en exceso a la contratación temporal”, es decir, que el Gobierno apruebe el contrato único.

Y a todo esto, los medios amigos hablan únicamente de tomar medidas fiscales y evitan concretar que, en realidad, se trata de bajar los impuestos, no de subirlos.