- Nuestro país supone el 51,5% de la actividad del grupo.
- 2017 no ha sido un buen año: el beneficio aumenta sólo un 1%... y gracias a extraordinarios.
- Menos mal que la actividad exterior sigue creciendo, sobre todo en Chile, Brasil y México.
- Y que la deuda de 15.154 millones está bajo control.
Pese a reconocer que los
resultados netos de Gas Natural Fenosa a lo largo de 2017 alcanzan lo establecido en el plan estratégico, el paso atrás que ha dado
Isidro Fainé a favor de Francisco Reynés para liderar el cambio de la entidad, es una evidencia de que los beneficios obtenidos no son los adecuados en el medio plazo.
Y
Gas Natural lo sabe. Un nuevo plan estratégico con un horizonte a medio plazo precisa de una nueva visión empresarial, que pasa por cambiar de manera determinante su cartera de negocio nacional e internacional.
Además, el paraguas protector de su socio de referencia -La Caixa- es cada vez más pequeño. La entrada del fondo americano GIP con la compra de sendos paquetes del 10% a La Caixa y a Repsol, hasta sumar el 20% del capital, ha iniciado un proceso importante encaminado a maximizar la inversión de la gasista, que ha derivado en la venta de activos por un valor superior a 3.000 millones, algo impensable hace unos pocos años.
La posible venta por parte de
Repsol del 20% restante al fondo CVC puede ser determinante en el futuro de la entidad, quedando en manos de dos fondos internacionales el 40% del capital. Todo un reto para Reynés, que deberá 'poner ojitos' para continuar en la gestión de Gas Natural.
A este respecto,
el beneficio neto de 1.360 millones de euros presentado este miércoles –un 1% más que en el ejercicio 2016– se ha logrado gracias a los extraordinarios obtenidos a través de la venta de activos, con un carácter no recurrente.
En concreto, del análisis de su cuenta de resultados, el beneficio bruto de explotación alcanzó los 3.915 millones de euros, un descenso del 16,1% respecto a 2016. Cierto es que los datos se ven a afectados por ciertas variables ajenas a la entidad.
Por ejemplo, la intervención de la filial
Electricaribe por el Gobierno colombiano, que ha tenido un efecto importante en el Ebitda. Sin tal proceso la caída del resultado habría sido sólo del 8,8%.
No obstante,
los negocios de generación internacional aportan un incremento del 15,5% al Ebitda, compensando la actividad local. No es una buena tendencia, que debe ser analizada sobre la base de los cambios corporativos producidos y a producir en el corto plazo.
Por su parte, el resultado antes de impuestos quedó fijado en 1.427 millones, un 22% menos, que se ha visto compensado sólo por los
beneficios de las operaciones interrumpidas, por valor de 460 millones, hasta alcanzar el resultado previamente comentado. Toda una evidencia del proceso de transformación al que se está sometiendo la entidad.
A este respecto, la presentación del plan estratégico con horizonte temporal 2020,
supuso una revisión importante de su cartera de negocios con desinversiones a un precio de venta total de 2.741 millones y unas plusvalías de más de 540 millones, algunas ya registradas en 2017 y, el resto, en los primeros meses de 2018.
Por otra parte, registra una política de inversiones por valor de 1.782 millones de euros, con una reducción del 29,2%, dado el efecto importante de las inversiones realizadas en el año 2016 en dos nuevos buques metaneros.
Un 54% de las inversiones se concentran en el exterior, tomando conciencia de la necesidad de mantener una actividad internacionalizada para compensar los ciclos regionales.
La disminución del beneficio se concentra de manera fundamental en el negocio de la electricidad en España, que representa el 51,5% de la actividad de la entidad, cuyas cifras se han visto afectadas de manera determinante por
factores climatológicos, con una reducción de la producción hidráulica del 71,4%, debiendo acudir a fuentes generadoras más costosas.
No obstante, la distribución de gas continuó creciendo de manera determinante en Iberoamérica, con un aumento del 14,7%, gracias a Brasil, Chile y México.
Por lo que respecta al balance, la ratio de endeudamiento quedó fijada en un 45,3%, frente al 44,8% del periodo anterior, hasta un total de 15.154 millones de euros, con un horizonte medio de vencimiento de 5,8 años, con una importante concentración en deuda a largo plazo del 89,4%, lo que porporciona a la entidad solvencia suficiente en el corto plazo.
En concreto,
la deuda financiera neta sobre el Ebitda queda fijada en 3,9 veces, quedando cubierta de manera razonable por la generación de resultados recurrentes. El coste medio de su pasivo queda fijado en el 3,53%, debiendo valorar la emisión de bonos en el año por importe de 3.100 millones.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com