Pedro Sánchez, en una comparecencia ante los medios en La Moncloa
No le se sienta bien, nada bien al PSOE la opción elegida por Pedro Sánchez de armar un frente popular de la mano de ERC. Y aunque en Ferraz sus más fieles seguidores la misma noche electoral del 10N le insistían en que “con Iglesias sí, con Casado no”, la desbandada al menos en intención de voto es más que evidente, si se produjeran nuevas elecciones ahora. “Os aguantáis” cuentan a Hispanidad que le dijo el presidente en funciones a un amigo, muy amigo, empresario y en un tiempo vinculado al PSOE, que le manifestó, con un calificativo explícito, que no les gustaba en absoluto lo que estaba haciendo al dejar en manos de los republicanos secesionistas catalanes la posibilidad de formar Gobierno.
Y eso es precisamente lo que está pasando factura al Partido Socialista, cuya sangría de votos no se detiene. En concreto, el PSOE perdía el 10N respecto a los comicios de abril 727.772 votos. Junto a Unidos Podemos, los partidos que fracasaron en la formación de gobierno en julio pasado, han perdido 1,36 millones de votos.
Estamos ante un escenario político poco alentador, y particularmente enrevesado, que ha hecho saltar por los aires el calendario para la investidura que tenía previsto Sánchez
Pero lo que es demoledor es que, solo en un mes de negociaciones y según la encuesta de diciembre de NC Report para LA RAZÓN, el PSOE se deja 354.199 votos. La muestra de la encuesta se tomó entre el 10 y el 13 de diciembre. Y vaticina que la participación caería, en caso de una nueva convocatoria, 1,3 puntos respecto al 10-N.
Y es que Cataluña, vuelve a tensar a los socialistas, y especialmente a un sector del PSOE con el PSC, en plenas negociaciones de Pedro Sánchez con ERC para la investidura. La dependencia de las fuerzas independentistas para la gobernabilidad disgusta a una parte del partido de Sánchez, y en los últimos días el tono ha ido subiendo de la mano, fundamentalmente, de los presidentes Emiliano García-Page y Javier Lambán.
"Yo para Reyes lo que no quiero, como no creo que quiera ningún español y española es vaselina. Queremos tener unos buenos Reyes, un buen 2020 y tener la conciencia tranquila". Así se expresaba la pasada semana el presidente de Castilla-La Mancha, el mismo día que el equipo negociador del PSOE se reunía en Barcelona con el de ERC, mientras el jefe del Ejecutivo aragonés reclamaba la participación de Ciudadanos para que fuera posible un entendimiento que hiciera "innecesario el concurso de un partido tan indeseable para la gobernabilidad como es ERC".
Poco después, el líder del PSC, Miquel Iceta, salía públicamente a reclamar "respeto" para los independentistas, a pesar de las discrepancias, y para calificar las palabras de Page y Lambán como de "inoportunas" y "no propias de presidentes de una comunidad autónoma".
Lo que es demoledor es que solo en un mes de negociaciones y según la encuesta de diciembre de NC Report para LA RAZÓN, el PSOE se deja 354.199 votos
Todo un cruce de lindezas entre líderes socialistas en vísperas del congreso del PSC. El cónclave de los socialistas catalanes que concluye este domingo en Barcelona significa un aval público a Miquel Iceta, quien asumió el cargo de primer secretario en 2014 tras la crisis por la marcha de Pere Navarro, y a su estrategia de pactos con ERC y Podemos. Reeditar, en definitiva, el viejo tripartito. Una política de alianzas que recibe el apoyo, por supuesto, del PSoe, con la presencia del ministro y secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, en el acto de clausura.
Estamos ante un escenario político poco alentador, y particularmente enrevesado, que ha hecho saltar por los aires el calendario para la investidura que tenía previsto, no solo Sánchez, sino también su Gobierno en funciones. No se va a cumplir porque según las fechas que manejaba el presidente, las más optimistas, mañana lunes 16 de diciembre, estaría en marcha la sesión de investidura y, sin embargo, lo que tiene en la agenda, son sendos encuentros con Pablo Casado y Inés Arrimadas.
El líder del PP decía este sábado que le produce “un poco de vergüenza ajena” el comportamiento del Gobierno de Pedro Sánchez, que, a su juicio, ha entrado en una “deriva nacionalista y anticonstitucional” en sus negociaciones con los independentistas. Por eso, ha dejado claro que el líder del PSOE no puede esperar “nada” del PP ante la reunión de mañana.
Por su parte, la portavoz de Cs en el Congreso ha explicado públicamente en varias ocasiones que, lo que quiere, es trasladar “personalmente” a Sánchez su propuesta de llegar a un acuerdo a tres que sumarían los 221 escaños de PSOE, PP y Cs para facilitar la continuidad del presidente en el Ejecutivo con el apoyo desde fuera de las otras dos formaciones. Una oferta con la que Arrimadas intenta revocar el pacto con Podemos y los nacionalistas.
La decisión de ERC está estrechamente unida al calendario judicial que en breves días, entre el 16 y el 19 de diciembre, despejará una serie de incógnitas. Una semana que acabará con el 28º Congreso del partido
Al día siguiente, el martes 17, parece que Pedro Sánchez hablará con Quim Torra por teléfono, muy temprano, porque ambos políticos tienen una agenda muy, muy complicada. Será a las ocho de la mañana, según Presidencia de la Generalitat, hora que no ha confirmado Moncloa.
Pero..., para agenda ocupada la de ERC que ha sido el verdadero responsable del frenazo al calendario de investidura.
La decisión de los republicanos catalanes está estrechamente unida al calendario judicial que en breves días, entre el 16 y el 19 de diciembre, despejará cuatro incógnitas: la resolución de instituciones penitenciaras sobre la actual situación carcelaria de los presos políticos por el procés, la vista sobre la Euroorden y la posible o no inmunidad de Carles Puigdemont, la sentencia definitiva del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la cuestión de inmunidad de Oriol Junqueras y, por último, la inhabilitación de Quim Torra, como pide la Fiscalía por delito de desobediencia al no quitar los lazos amarillos de las instituciones catalanas.
Una semana que acabará con el 28º Congreso de ERC que será el que determine una posición definitiva del partido de Junqueras sobre el acuerdo de investidura con el PSOE