- A ver qué negocio ofrece esa rentabilidad acumulada.
- Y las provisiones de Ana Botín para los activos inmobiliarios están sobrevaloradas con un objetivo concreto.
- Ana Botín parece jugar 'a lo Luis Delso'.
- Con tan desmesuradas provisiones, el Santander presume de que le ha costado muchísimo esfuerzo sanear…
- Un grupo bancario que compró por un euro… porque no valía más, aunque el mercado le otorgara un valor de 1.300 millones.
- El Santander no es culpable de la felonía Popular. Los culpables son Bruselas y Madrid.
- Pero se está aprovechando del chollo con enorme entusiasmo. Por lo menos que no lloren.
¡Menudo riesgo ha asumido el
Santander con la adquisición del
Popular! Según el banco cántabro, ha tenido que provisionar la friolera de 12.500 millones de euros, nada menos, dedicados todos ellos, vaya que sí, a sanear el Popu.
Hombre, luego, cuando empiezas a analizar el desglose, las cifras salen, sí; lo que no salen son los conceptos.
La parte del león de esa cantidad se destina a provisiones para
ladrillo y otros créditos con garantías hipotecarias.
Y ahora es cuando hacemos un paréntesis para hablar de la
operación Blackstone, esos mismos activos que le ha vendido a un fondo buitre (sin duda, una reiteración). Al menos le ha vendido un 51%, quedándose el Santander con el 49%, en unas condiciones que todavía no conocemos en su totalidad.
Pero si sabemos que el fondo va a desembolsar una cantidad por los muy tóxicos activos.
¿Por qué vende el Santander el 51%? Porque así lo puede sacar de su balance. ¿Por qué no vende el 100 por 100? Porque, al parecer,
no son tan tóxicos los activos, como creo haber dicho antes, y porque el ladrillo, y el mercado hipotecario, empiezan a mostrar signo ascendente, tras ocho años de retroceso. Y esta es la misma razón por la que Blackstone compra y el Santander vende.
¿Y por qué no hizo
Ángel Ron esta misma operación? Pues porque se lo habrían comido vivo. Los
accionistas claro. De hecho, los bancos, ante el ladrillo embargado, lo primero que intentan hacer es colocar lo ejecutado al menudeo, que es como menos se pierde. Es verdad que el Popular lo hizo con demasiada lentitud -ese sí fue un error de Ron- pero, desde luego, no hubiera podido asumir una pérdidas contables de esas características en aquel momento. Porque 2017 es mejor que 2014. Aunque seguramente, ese detalle ya lo conocía la
Junta Única de Resolución (JUR).
Pero vamos ya con el ingente
esfuerzo saneador -que no sanador- del Santander, nada menos que, de entrada, unos 12.500 millones de euros.
El desglose: la parte del león se la llevan, precisamente, las provisiones para el ladrillo: más de 7.000 millones de euros. Ahora bien, la cobertura del Popular era del 47%, algo menos de cuatro puntos por debajo de la media del sector, que es como se miden estas cosas. Eso significa que para igualar esa media (y, al parecer, la operación Blackstone demuestra que se van a liberar provisiones) el Santander necesitaba provisionar 1.500 millones de euros, no más de 7.000 millones de euros.
Así que una de dos: o el Santander está volviendo a jugar con las marcas o
Ana Botín ha optado por
'la doctrina Luis Delso'.
Me explico: esta
sobre-provisión, absolutamente innecesaria, puede entenderse en el mismo sentido de
la ampliación de capital de otros 7.000 millones de euros. No era para mejorar el balance del Popular sino el balance del nuevo Santander-Popular, ya una unidad.
Y pueden creerme: el Popular necesitaba capital pero el Santander también. Y si acudes al mercado -o sea, a los mercaderes de los fondos- y les dices que es para relanzar un buen negocio que has adquirido por un euro, el mercado te concede eso y mucho más. Que es lo que ha ocurrido.
Sin embargo, si le dices que es para tu negocio de siempre, a lo mejor se piensan las condiciones. Pues con las super-provisiones de doña Ana Botín ocurre lo mismo. En cualquier caso, puedes presumir de que te ha costado muchísimo esfuerzo sanear un grupo bancario que compraste por un euro porque no valía más.
O eso, o es que la Presidencia del Santander está siguiendo 'el esquema Delso'. Dicen que lo inventó
Luis Delso, hoy empresario proscrito por
Isolux, cuando dirigía la Caja Postal. Tenía la costumbre de sobre-provisionar en los ejercicios en lo que iba a bien, total no tenía que dividendar porque era público. Así, las provisiones no se ejecutaban y podría aparecer un beneficio extra al siguiente ejercicio tras haber "aflorado provisiones innecesarias".
En plata: ¿7.000 millones de provisiones por una cartera -no coincide al 100 por 100, lo concedo- por la que Blackstone está dispuesto a pagar? Eso no se lo cree nadie.
Luego, siempre según los datos facilitados a los analistas por el Santander,
se dedicarán 4.500 millones a fondo de comercio. ¿Y para qué? Hablamos de pérdidas contables, no reales. Ahora bien, si, por ejemplo, mañana les diera por vender el Banco de Portugal, o las tarjetas, o lo que sea, se apuntarían una buena plusvalía, asimismo, no producto del negocio. En cualquier caso,
los efectos son contables, no reales. Y lo único que se puede deducir es que el Santander se dispone a hacer más negocio con el Popular.
En tercer lugar, la nota de color: casi 800 millones de una
campaña de relanzamiento comercial. ¡Venga ya! La joya del Popular es su red y, sobre todo, el negocio de banca familiar y de pymes. Eso no necesita ninguna campaña de publicidad ni de promoción.
Y
el gran chollo culmina con la ganancia esperada. ¡Ojo!, me atengo a las cifras facilitadas por el Santander a los analistas: esperan ganar con el Popular (¿se acuerdan que lo compraron por un euro) durante los próximo tres años (2018-2020)
2.400 millones, netos de impuestos (que para eso hay crédito fiscal, claro esta).
Así a vuela pluma, eso significa
una rentabilidad anual acumulada que roza el 40%.
Y es lo que yo digo ¡menudo riesgo que ha asumido el Santander! Cuando le comentaba esto a un directivo del grupo cántabro me respondió: "Eso es porque sabemos hacer las cosas". Muy cierto, el Santander sabe tratar el asunto Popular. Pero eso no quita que le han otorgado el chollo de su vida. No es culpable de la felonía (el culpable es Bruselas que lo perpetró y Madrid que lo permitió) pero el beneficiario del chollo es Ana Botín y el Banco Santander.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com