• El primate es recolector: recoge comida del suelo.
  • Si no fueran inteligentes, ¿cómo podrían  saber que las aguas termales son más calientes que las nieves invernales?
  • Además, los macacos practican la cultura del baño y la meditación.
  • No nos estaremos volviendo todos idiotas, ¿verdad?
Programa Madrileños por el Mundo, que últimamente parece Majaderos por el orbe. Nuestro invitado lleva a la cámara-woman a un paisaje montañoso, japonés, para mostrarle la maravilla: los únicos monos que viven en la nieve. "Bueno, aparte de nosotros", aclara el susodicho, para demostrar que él no es un 'homo sapiens' soberbio que pretende ejercer superioridad sobre nuestros hermanos primates. Hablamos de mocacos pelones y profundamente repugnantes, ante los que nuestro hombre madrileño del Imperio del sol Naciente asegura que no debemos enseñarles los dientes por si se cabrean. Para ellos, para su cultura, sonreír es enseñar los piños y enseñar los piños en signo inequívoco de agresividad. Así que, rictus cerrado y cara de mala leche. Nuestro guía nos informa de que la inteligencia de los bichos se deja ver en su capacidad recolectora: es decir, que recogían comida del suelo e incluso de los árboles. ¡Increíble! Portentosos a fuer de brillantes. Y nuestro hombre aún llega más lejos: Si los monos no fueran inteligentísimos, ¿cómo podrían saber que las aguas termales son más calientes que las nieves invernales? Seguramente lo descubrieron por el método científico: acercaron su impúdico trasero a las precitadas aguas termales y experimentaron el eureka: pues esto está calentito, concluyeron. En suma, suma teológica. Nuestro hombre nos aclara que los simios espantosos  participan de la cultura del baño y la meditación, que es algo muy propio de la zona. Meditan mientras calientan sus nalgas y crean escuela. Así, la cámara nos enfoca a un nipón, no macaco, tan sólo primate humano, quien, en pelota picada, toma los susodichos baños calientes, en medio de la fría montaña, mientras medita en la política del premier Shinzo Abe. ¿No nos estaremos volviendo todos idiotas, ¿verdad? Eulogio López eulogio@hispanidad.com