Lo cuenta La Vanguardia. El ex Fernando Simón norteamericano, Robert Redfield, el antiguo director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) no ha dudado en acusar a China de ser los creadores del virus que se les escapó de un laboratorio de Wuham. Profano es aquel que no entiende de algo, pero no por ello desprecia la lógica y el sentido común.

No hacía falta ser virólogo ni epidemiólogo para concluir que si un virus nace en una ciudad china, tiene altas probabilidades de ser un virus chino. Y que si un virus se muestra como ultracontagioso, justo a partir de Wuham, a lo mejor es porque su origen está en Wuham. Ergo, es un ‘joío’ virus chino y no se puede concluir por ello que llamar chino al virus del Covid conlleve racismo, xenofobia y, probablemente oscuros intereses pecuniarios anti-chinos.

No podemos dejarnos dominar por lo políticamente correcto. Eso es caer en la esclavitud, en la auto-esclavitud

Recuerden que al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, le montaron unos pollos tremendos por atreverse a hablar de virus chino. Hace dos días, el actual presidente USA, el somnoliento Joe, se puso al frente de la manifestación contra actos violentos contra los asiáticos en Estados Unidos, asegurando que “el silencio es culpable”. No, lo culpable es no defender al agredido, sea de la raza que sea, pero oponerse a la mentira de que el virus chino no es chino, ni que surgió de algún ectoplasma innominado, no refleja culpabilidad, sólo sensatez.

No podemos dejarnos dominar por lo políticamente correcto. Eso es caer en la esclavitud, en la auto-esclavitud.