• Ambos son panteísmos orientales, verdadera carcoma del alma.
  • A lo más que aspiran es a anular el deseo, pero no se trata de anularlo, sino de disfrutarlo y superarlo.
  • Algo así como nuestros políticos terminales (hoy, todos) cuando ya no aspiran a cambiar la realidad, sólo a la estabilidad.
  • Y nada más estable y ordenado que un cementerio.
Causan furor, pero no dejan de ser dos formas de alienación oriental, por tanto panteístas, incompatibles con el cristianismo e incompatibles con la sensatez. El Reiki, encima, se arroga el poder de sanación. Respecto al Yoga, que nuestras televisiones, progres y dignas a partes iguales, venden con entusiasmo, no llega a tanto como el Reiki en sus primeras fases, para profanos, pero sí en las subsiguientes. Sigue siendo mero panteísmo hinduísta, con una filosofía triste, inmensamente lúgubre, cuyo objetivo es anular el deseo en lugar de superarlo y disfrutarlo, que es la opción razonable, propia de la filosofía cristiana. Puede que así no se viva el zarpazo de las pasiones (no me lo creo pero vamos a darlo por bueno) pero te reconvierte en una morsa, renunciando a tu racionalidad y a tu libertad. Algo así como nuestros políticos terminales (hoy, todos) cuando ya no aspiran a cambiar la realidad, sólo a la estabilidad. En especial a la estabilidad de los cementerios, que en el camposanto nunca ocurre nada. Cuidado con el Reiki, cuidado con el Yoga. Ambos son anticristianos y ambos son muy, muy inhumanos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com