Parece que TotalEnergies gusta menos a los inversores que Repsol. Y es que tras la presentación de sus resultados del primer trimestre, su cotización ha caído un 2,27%, mientras que la de la española ha ascendido un 0,56%, a pesar de que ambas compañías se han visto afectadas por el abaratamiento del precio del petróleo, como se vio en días anteriores en la portuguesa Galp, la británica BP y la italiana Eni.
La petrolera francesa ha visto descender sus ingresos y ganancias, aunque su presidente y CEO, Patrick Pouyanné, ha referido que se han obtenido “resultados sólidos”. En concreto, los ingresos han bajado un 8%, a unos 42.213 millones de euros, pese a la mayor producción de hidrocarburos (la cual ha crecido casi un 4%) y de electricidad (+18%)… por los menores precios de venta de crudo, gas y luz. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado ha descendido un 9%, a unos 9.253 millones. Y el beneficio neto ha caído un 33%, a 3.437 millones; y en términos ajustados, la disminución ha sido del 18%, hasta 3.701,4 millones.
Su deuda neta ha aumentado, situándose en unos 17.715 millones, y casi ha duplicado la cifra del cierre de 2024. Eso sí, si la comparación se hace sólo con el primer trimestre del año pasado, el incremento es algo menor.
Y ojo, la petrolera francesa prevé menor demanda y volatilidad de precios del petróleo para este año. “En un contexto de incertidumbre geopolítica y macroeconómica, tras la puesta en marcha de los aranceles por parte de EEUU, las perspectivas de evolución de la demanda de petróleo en el año 2025 van a la baja”, ha explicado Pouyanné. “Los mercados del petróleo siguen volátiles entre 60 y 70 dólares el barril y los márgenes de refinado y petroquímicos tendrían que seguir bajos”, ha añadido. Eso sí, en el tema del precio del crudo no hay que olvidar que hay una gran dependencia de las decisiones de producción que adopte la OPEP+ (es decir, la OPEP y sus aliados -Rusia, México y Kazajistán, entre otros países).