Shell recibe aplauso bursátil este viernes (su cotización sube casi un 3%) al anunciar una nueva recompra de acciones, en concreto por valor de unos 3.089 millones de euros. Sin embargo, ha obtenido menos ingresos y beneficio en el primer trimestre debido al abaratamiento del petróleo, algo que también han notado otras compañeras del sector como la española Repsol, la francesa TotalEnergies, la británica BP, la portuguesa Galp y la italiana Eni.

La petrolera anglo-neerlandesa también se ha visto afectada en sus ganancias por un cargo de unos 449 millones por un impuesto a las empresas energéticas en Reino Unido. Claro que su CEO, Wael Sawan, ha presumido de “resultados sólidos” y de haber “reforzado más nuestro negocio de gas natural licuado (GNL)” al haber comprado Pavilian Energy, así como haber completado las ventas de activos de operaciones terrestres de Nigeria (poniendo fin a la exploración y producción de petróleo y gas en tierra en este país africano), así como de Singapore Energy y Chemicals Park Singapore.

Los ingresos han descendido un 6%, hasta unos 61.915 millones de euros. El beneficio antes de impuestos ha bajado un 18,8%, a 7.907 millones; y el beneficio neto atribuido ha caído un 33,4%, hasta 4.298 millones, aunque ha superado lo estimado por el consenso de los analistas.

A pesar de menores ingresos y beneficios, en gran parte por el abaratamiento del petróleo, Shell continúa con sus planes de inversión. Además, no olviden que el año pasado empezó un repliegue ecologista. 

En España, Shell cuenta con estaciones de servicio, que opera Disa. Además, a las desinversiones ya comentadas, se suma la venta de Cable Energía (dueña y operadora de la red de Shell Recharge -puntos de recarga eléctrica- en España y Portugal) a Acciona Energía