Sobre el contenido de discurso de Navidad de su Majestad Felipe VI ya hemos hablado en estas pantallas. 

Añadir, un detalle formal, aunque ya se sabe que la forma siempre es fondo: pronunció su discursete de pié, no sentado. Oiga, ¿no sería para evitar lo más posible el Belén, perdido, allá al fondo, en un par de secuencias, que tradicionalmente enmarcaba su intervención? Por que a algunos malpensados no nos extrañaría.

La evolución de Felipe VI camina en la misma condición de las fincas en Extremadura. Resulta manifiestamente mejorable.