Sr. Director:

Como sucede con todos los resultados electorales, los de Extremadura también admiten diferentes lecturas según convenga a cada «experto intérprete» en una materia tan querida para tertulianos y «opinólogos», especie esta que tanto abunda en nuestro degradado régimen democrático, junto a empresas de encuestas y sondeos. Dependiendo de lo que más convenga a quien les paga, mientras los pro peperos auguraban una mayoría absoluta de última hora, semejante a la del inefable Juanma Moreno del corazón asín de ancho, los de la izquierda progresista y sus plurales variantes se dedicaban a negar la dura y extrema realidad, confundiéndola con sus deseos. Sin embargo, hay algo en la que peperos e izquierdistas coinciden y convergen: en sus ataques a Vox.

Por eso, una de las lecturas más rotundas que cabe realizar de las elecciones extremeñas, pero que ambos grupos eludirán, es que Vox, pese a carecer de los poderosos medios y terminales de comunicación que gozan aquellos (televisiones, radios y periódicos), así como de representantes en las múltiples tertulias y programas de opinión de estos mismos medios, no sólo sea capaz de vencer la diaria y constante lluvia de porquería, insultos y descalificaciones que recibe de unos y otros, sino que además siga creciendo en voluntades y votos; y por encima de tantos prejuicios sepa conectar con viejos y nuevos electores. Esto es algo que por ahora ni unos ni otros pueden controlar y por eso el futuro les pone un poco nerviositos.