A Pedro Sánchez le gustan mucho más las multinacionales extranjeras que las empresas españolas -y dentro de estas, odia en especial a las familiares (lleva cinco años consecutivos sin asistir al Congreso del Instituto de la Empresa Familiar, IEF)-. Así se ha visto este martes en la clausura del Congreso del décimo aniversario de Multinacionales con España, “la asociación que fomenta el conocimiento de la contribución social, económica y medioambiental de las multinacionales extranjeras en España”, como se explica en su página web.

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El presidente del Gobierno ha agradecido su “confianza con este país” y “compromiso con el avance hacia una economía más digital y más sostenible”, y su contribución con “la imagen de España en el exterior”. Ocasión que ha aprovechado para presumir, una vez más, de datos del PIB, inflación, creación de empleo “histórica” por “la reforma laboral” de Yolandísima (mientras Fedea avisa de parón) y hasta del hidrógeno verde (una ruina porque aún no es rentable). Eso sí, Sánchez ha obviado, por supuesto, que somos aún más pobres respecto a Europa, la elevada inflación subyacente que tenemos y que somos líder en paro en la UE y la OCDE.

Multinacionales con España tiene como socios a: Accenture, Huawei, Philip Morris Spain, Sodexo, Alibaba, Altadis, Amazon, AON, Apple, AWS, Axel Springer, BAT Iberia, Bayer, Beam Suntory, Bic, Booking, Bruker, BT, Cambridge University, Carrefour, Data4, Deloitte, Diageo, Expedia Group, EY, Globant, Google, Heineken, Hill&Knowlton, HSBC, Hult/EF, IBM, Ikea, ING, IWG, Japan Tobacco International (JTI), Kuehne+Nagel, Kyndryl, Leroy Merlin, L’Oréal, Majorel, Manpower Group, MediaMarkt, Meta, Michelin, MSD, Omnicom Mediagroup, Omnicom Public Relations Group, Pfizer, P&G, Publicis Groupe, Radisson Hotel Group, RLH, Securitas, Siemens, Thales, Trainline, Weber Shandwick y ZTE. El socialista no ha mencionado el chantaje de muchas de estas multinacionales extranjeras (entre ellas, Siemens, vía Siemens Energy) ni de otras (Vokswagen, Stellantis...) ni del hub audiovisual que iba a crear.

Sánchez ha prometido a las multinacionales extranjeras “certidumbre y previsibilidad” para que inviertan... Lo ha hecho sólo un día después de que Paloma Cabrera señalara en una entrevista en Business Insider que “en sus primeros 100 días, pedimos al Gobierno estabilidad y seguridad jurídica para seguir impulsando el desarrollo económico del país”, y tras los avisos relacionados con las inversiones que han llegado desde Repsol y Endesa. Asimismo, Sánchez ha subrayado que “la apuesta por la estabilidad, la paz social (a juzgar por las protestas en Ferraz se puede dudar bastante), el progreso y la convivencia que hacemos tiene una dimensión económica evidente. Y vamos a perseverar en ese camino”. Y por cierto, Moncloa se atrevió a obligar a la Fundación Pablo VI a pedir por escrito que no se increpara a Sánchez, según Ok Diario, y lo hizo su director general, Jesús Avezuela, por carta. Eso sí, esto no ha impedido que haya habido algún abucheo al presidente...

Claro que el socialista no sólo ha cedido al chantaje de las multinacionales gracias a los fondos europeos, sino que estos también han servido para ‘ayudar’ a otras empresas estratégicas y reflejar el pitorreo de la ‘generosidad’ sanchista: de un fondo de la SEPI de 10.000 millones de euros sólo se repartieron 3.256 millones entre 30 compañías (Celsa y Técnicas Reunidas, entre ellas)... y ese dinero hay que devolverlo. Además, Sánchez se aprovecha de que el Ibex no se atreve a enfrentarle directamente y delega la tarea en Antonio Garamendi (CEOE), y de que ninguna empresa se ha atrevido a seguir la estela de Ferrovial (a Iberdrola se lo ha prohibido el PNV).