Los españoles somos más pobres respecto a los ocho países europeos con más peso en la UE (Alemania, Francia, Finlandia, Dinamarca, Bélgica, Austria, Países Bajos y Suecia) desde que Sánchez es presidente del Gobierno. Así lo admite el informe Brújula del país, elaborado por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno de España, una oficina creada por Sánchez, dependiente de Presidencia del Gobierno y que dirige el académico Diego Rubio desde su creación en febrero de 2020, justo antes de la pandemia.

Pues bien, según el informe, que tiene en cuenta hasta 50 indicadores distintos -educativos, medioambientales, sociales, etc.- a cierre de 2022, el PIB per cápita de España es un 23,8% inferior a la media de los citados países, frente al 21,1% menor de 2018, cuando Sánchez fue investido presidente del Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy.

Es decir, la economía de los españoles va en sentido opuesto al que pregona la vicepresidenta y ministra económica, Nadia Calviño. Y la pregunta es: ¿Para qué sirven los expertos -no sabemos quiénes son ni cuántos, pero seguro que muchos- que trabajan para la Oficina, pagados con el dinero de los contribuyentes? Porque el objetivo de la Oficina era justamente el contrario, es decir, ir reduciendo la brecha respecto a la UE, concretamente hasta el 18% en 2030, el 15% en 2040 y el 10% en 2050. Unos objetivos cada vez más lejanos.

Tampoco hemos mejorado en productividad laboral -Yolanda, ¿qué has hecho?-, que cerró 2022 en 42,18 euros, frente a los 42,03 euros de 2018. Mucho tienen que cambiar las cosas -Yolanda, ¿qué harás?- para cumplir el objetivo de 46 euros en 2030, 53 euros en 2040 y 63 euros en 2050.

Así las cosas, el porcentaje de españoles satisfechos con su vida, al cierre del primer semestre de este año, es el mismo que en 2019: el 87%.

Para terminar, uno de los datos más temidos por los contribuyentes: la recaudación fiscal se ha disparado desde el 35,4% del PIB, en 2019, al 39% del PIB en 2021. Y aunque la previsión de la Oficina es que caiga hasta el 37% del PIB en 2030 -por aumento del PIB, no por reducción de impuestos-, lo más probable, con Sánchez en Moncloa, es que la recaudación fiscal continúe al alza.

Habrá más gasto público y más impuestos, y seremos más pobres todavía, respecto a nosotros mismos y respecto al resto de Europa. Como se entere Nadia…