El Ministerio que lidera Teresa Ribera presume de la inversión en la ruina del hidrógeno verde en su cuenta de la red social X (antes Twitter): un total de 563 millones de euros en 79 proyectos. Sin embargo, lo más urgente es invertir en la red eléctrica porque está al límite y ya hay apagones...

Como saben, la vicepresidenta ecológica nos lleva a la ruina con tanta ecología, porque todo lo verde es caro, es decir, la ecología arruina la economía... y ya lo piensa hasta el fondo BlackRock. Ella está contra la nuclear (empeñada en cerrarla sí o sí y en asfixiarla con más impuestos -incluyendo un aumento del 40% de la tasa Enresa-), el gas, el biometano, el petróleo... y sólo le gustan las placas solares, los aerogeneradores y el hidrógeno verde, pero con eso no basta para tener energía y seguridad de suministro. Claro que parece que España se le ha quedado pequeña y ahora aspira a comisaria europea.

A Ribera sólo le gustan las placas solares, los aerogeneradores y el hidrógeno verde, pero con eso no basta para tener energía y seguridad de suministro

Este lunes, Ribera se ha reunido con los representantes del Consejo Asesor del Hidrógeno, en la sede del Ministerio. Algo que desde que entró en el primer Gobierno Sánchez (y ya vamos por el tercero) el 7 de junio de 2018 aún no ha hecho con Foro Nuclear, la asociación que agrupa a la industria nuclear española y que preside Ignacio Araluce. Y por cierto, horas más tarde de la cita con el Consejo Asesor del Hidrógeno, Ribera ha tenido un encuentro con asociaciones de vecinos de Madrid en contra de la tala de árboles. Un día antes, en X, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico recordaba “los árboles pueden capturar hasta un 80% del polvo atmosférico”, que causa enfermedades respiratorias y cardiovasculares. ¿Casualidad? Por supuesto que no y menos si uno recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen.

Al hilo del hidrógeno, cabe destacar que hace poco más de 11 meses, José Bogas, CEO de Endesa, señalaba que “tiene un presente incierto y un futuro prometedor, pero hoy su coste es absolutamente inviable”. En esto último fue en la misma línea que la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, que había apuntado que “el coste del hidrógeno verde aún no es competitivo”, en una entrevista en El Economista. A principios del pasado septiembre, Bogas no veía tan claro el cierre nuclear, al considerar que se debe ver cómo se desarrolla el almacenamiento y el hidrógeno verde, recalcando que este último aún no es rentable: “Cuesta entre un 10% y un 40% más que el hidrógeno gris (el producido a partir de gas natural u otros hidrocarburos ligeros -como metano o gases licuados de petróleo mediante procesos de reformado-), y un 50% más que el gas”. Además, el CEO de Endesa también ha referido que tiene más sentido “producirlo al lado de donde se va a consumir”, algo por lo que apuestan Repsol y BP, entre otras compañías, así como Cepsa, aunque está última sí tiene proyectos para transportarlo en barco hasta el puerto de Róterdam... y esto último suena más realista que el futuro hidroducto H2Med, un gran proyecto por el que apuesta por ejemplo Enagás y además celebrará su segundo día del hidrógeno el próximo 31 de enero. 

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Ribera apuesta por el hidrógeno verde vía subvenciones públicas, las cuales desde el Centro Nacional de Hidrógeno prefieren llamar incentivos, mientras desde la CNMC, su presidenta, Cani Fernández, ha pedido una “racionalización de las inversiones”. Claro que esto de las subvenciones a esta ruina no es algo exclusivo de España: el grupo industrial alemán Thyssenkrupp quiere hacer mucha electrólisis para obtener hidrógeno verdey para ello invertirá 3.000 millones de euros y recibirá 2.000 millones del gobierno federal alemán y estatal de Renania para el proyecto de descarbonización tkH2Steel. Sin embargo, si la compañía alemana que dirige Miguel Ángel López no ejecuta la inversión, tendría que devolver el dinero.

Meme de Ribera