En el sector eléctrico español cada día es más patente y más alarmante el desastre que han provocado dos socialistas demasiado verdes: Teresa Ribera y Beatriz Corredor. Y es que la red eléctrica está al límite, ya hay apagones y faltan inversiones. Por ejemplo, está habiendo bastantes apagones en Andalucía y Canarias, y aunque algunos expertos dirán que se debe a la media y baja tensión, también es cierto que esto tiene una relación directa con lo que sucede en la alta tensión, que está colapsada. Mientras, tanto la vicepresidenta ecológica y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico como la presidenta de Redeia hablan mucho de impulsar las renovables, pero olvidan que hay que invertir para conectarlas a la red y que su energía llegue a los consumidores. Sin esto, no hay nada que hacer.

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Decíamos que Ribera quería ser la estrella en la COP28, mientras en España falta regulación que impulse las renovables. Lo primero no lo logró, porque el que triunfó fue Ignacio S. Galán y encima los países acordaron iniciar la salida de los combustibles fósiles, pero no su fin. En cuanto a lo segundo, pocos cambios ha habido, dado que la vicepresidenta ecológica no recibe a las empresas energéticas españolas y sólo quiere hablar con los ecologistas. Es más, se atreve a señalar a las que aportan las energías de sustento (carbón, petróleo y gas) e insiste en querer cerrar la nuclear (que también garantiza el suministro, genera luz sin emitir CO2, es barata y aún lo sería más sino la asfixiaran a impuestos), y todo esto refleja que no le importan nada los empleados industriales que todas ellas crean y que mantienen en compañías de otros sectores. Entre la regulación pendiente, falta regular el bombeo hidráulico y el coste del acceso a la red de las energías verdes, y también están paradas la investigación y la inversión en el almacenamiento de baterías.

El tema es urgente, aunque para Ribera parece que no, porque últimamente está teniendo bastante papel político

Desde el sector energético le han pedido menos palabrería ecológica y más inversión en redes de transporte y distribución de electricidad, porque el gran despliegue de renovables que pretende supone multiplicar los centros productivos de energía y conectarlos a las redes. Ahora mismo, es necesario eliminar este cuello de botella que lastra el avance de la transición energética, pero cabe recordar que las inversiones en infraestructuras las suele hacer el Estado (en el caso de redes eléctricas le corresponde a Redeia, el operador del sistema eléctrico español y transportista de electricidad), y en caso de que se opte por que dichas inversiones las hagan las empresas privadas, el Estado debe pagarles a estas. Y miren si habrá cuello de botella que Ribera ha abierto la puerta a  que podría “elevarse algo ”el límite a las inversiones en redes (el cual está ligado a la evolución del PIB y del IPC y que es actualmente del 0,65% del PIB anual para el transporte -excepto inversiones en interconexiones- y del 0,13% del PIB para la distribución -excepto inversiones relacionadas con la digitalización-). Así lo refirió en el 'Spain Investors Day', eso sí, añadió que el incrementar la remuneración de esas inversiones “tiene un efecto perjudicial en los consumidores”, que son los que las asumen en sus recibos de la luz a través de los peajes, por lo que se debe ser “cuidadosos”. 

El tema de la inversión en redes es urgente, aunque para Ribera parece que no, porque últimamente está teniendo bastante papel político. Este miércoles, en RNE, ha advertido que si el Congreso no aprueba los decretos no sólo subirá el precio de la luz, sino que se pondrán en riesgo más de 30.000 millones de euros en proyectos en energías renovables que están en tramitación y que requieren una prórroga en sus plazos. No olviden que hace unos meses se disputaba con Yolanda Díaz la Vicepresidencia primera ante la posible salida de Nadia Calviño al BEI, cosa que ha sucedido, pero dicha Vicepresidencia ha recaído en María Jesús (Marisu) Montero... quizá porque tanto Pedro Sánchez como Teresa Ribera están mirando las listas a las elecciones europeas y la candidatura de esta última a comisaria... 

En paralelo, el desastre de Corredor al frente de Redeia (compañía de la que la SEPI controla un 20%) tampoco se queda corto. Se ha devaluado la red eléctrica española y para crecer, la exministra debe optar por invertir un 40% de los ingresos y no lo que hizo en 2023 (sólo invirtió el 28%). Además, a las menores inversiones se han sumado regulares resultados y el hundimiento de la cotización