Francisco Reynés ha avisado sobre el precio del gas, refiriendo que subirá a finales de invierno o principios de primavera, cuando toque volver a llenar los inventarios de las reservas… y tener que hacerlo ya sin gas ruso. Por ejemplo, con el caro gas natural licuado (GNL) que está haciendo de oro al país de Joe Biden, principalmente, pues cuesta más del doble que el gas que llega a través del gasoducto Medgaz desde Argelia. Y en este contexto a la guerra en Ucrania se suma la crisis diplomática España-Argelia, y son muchos los países que intentan sacar tajada: EEUU, Francia, Alemania e Italia, entre otros. Mientras Pedro Sánchez sigue rendido ante Marruecos.

El presidente y CEO de Naturgy ha recordado que los citados inventarios se llenaron el año pasado con gas ruso, pero ya no será posible, y que hay que tener una visión a largo plazo, porque el gas no sólo sirve para uso doméstico, sino que la mayor parte se usa en procesos industriales y para generar electricidad. En su intervención en el encuentro ‘El reto de la energía’, organizado por la Asociación Española de Directivos (AED), ha señalado que hay tres factores que “van a determinar mucho” la evolución de los precios del gas los próximos meses y el primero es la especulación: afecta a las compraventas de gas que se dan en el día a día y que suponen el 25% del total (el resto está sometido a contratos a largo plazo), y hay que recordar que hace meses, Reynés pidió eliminar el TTF holandés como referencia del precio del gas, por fomentar la especulación. El segundo factor es que quitar a Rusia, el principal productor mundial de gas y el cuarto proveedor de España en 2022, “del medio” debe tener algún impacto. Y el tercero tiene que ver con la recuperación de la actividad en China, que en 2022 redujo un 20% su consumo por las restricciones del Covid.

En sintonía con lo señalado por Imaz (Repsol) en el Foro de Davos, Reynés refiere el trilema de la energía: asegurar el suministro energetico en todo momento, conseguir unos costes razonables para la sociedad y avanzar en la descarbonización cuidando que no impacte en exceso en el empleo

Reynés ha insistido en reformar el sistema energético reconociendo las diferencias entre los costes de las distintas energías, es decir, que cada una se cobre en el mercado mayorista de electricidad (más conocido como ‘pool’) según su coste real, como ya propuso hace diez meses, cabreando a Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola. El presidente y CEO de Naturgy ha señalado que “tiene todo el sentido” desacoplar el precio del gas del resto, pero no es adecuado mantener las excepciones (una clara alusión al timo del tope ibérico) como forma de funcionamiento. Asimismo, ha pedido que el sistema energético se reforme para reconocer las diferencias entre los distintos sistemas de producción de energía, porque el gas está sometido a costes variables, mientras las energías renovables o la nuclear “dependen más” de los costes fijos de inversión porque la materia prima tiene un precio estable o nulo.

En relación a la reforma del mercado mayorista de electricidad de la UE, para el que España ya ha lanzado su propuesta (que supone un deseo por volver al Marco Legal y Estable del felipismo y que no gusta a las eléctricas españolas ni a las del resto de Europa), Reynés ha afirmado que “no tiene sentido” regular conjuntamente algo que en cada país tiene condiciones diferentes. Y es que el mix eléctrico de España no es igual que el de Francia o el de Alemania, etc.

Y por último, en bastante sintonía con lo señalado por Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, en el Foro de Davos, Reynés ha referido el trilema de la energía porque hay que resolver tres cuestiones clave: asegurar el suministro energetico en todo momento, conseguir unos costes razonables para la sociedad y avanzar en la descarbonización cuidando que no impacte en exceso en el empleo. Y esto deja claro que vamos a seguir teniendo petróleo y gas durante largo plazo... principalmente, porque hay que tener respaldo para asegurar el suministro.