El PSOE parece el partido sandía (verde por fuera y rojo por dentro), pero no sólo en España. Ahora lleva al Parlamento Europeo su rechazo a la energía nuclear (la cual casi no emite CO2 y lo hace en mucha menor cantidad que la solar fotovoltaica, por ejemplo) y al gas natural, a pesar de que garantizan el suministro eléctrico. Por tanto, el partido respalda el ‘no, nos moverán’ y el error de la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, que no retrasa el cierre de los reactores españoles, mientras defiende que “hay que buscar las mejores decisiones”. 

Alfredo García (más conocido en Twitter como Operador Nuclear) es un divulgador científico y operador y supervisor nuclear, entre otras cosas, que ha dado a conocer que un eurodiputado o una eurodiputada socialista ha enviado un correo electrónico a los 54 eurodiputados españoles para que rechacen incluir la nuclear y el gas en la taxonomía verde europea, en vísperas de que se vote en el Parlamento Europeo... y en un contexto de altos precios del gas y en el que se está impulsando el carbón en Europa, pese a la histeria verde.

Sin desvelar la identidad del europarlamentario, García rebate sus argumentos. Por ejemplo, el político refiere que “la nuclear no podrá ser una energía de transición para conseguir la neutralidad climática. Las nuevas centrales que se construyan difícilmente van a poder contribuir a los objetivos climáticos de 2030 y 2050 y por lo tanto no pueden considerarse transicionales”. García responde que en el Acto Delegado Complementario (CDA, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea se recogía que “no sólo se trata de nuevas centrales nucleares, hay un parque nuclear existente que proporciona el 50% de la electricidad baja en carbono en la UE que debe mantenerse” y que el paquete de medidas REPowerEU “dice que no se lleven a cabo las paradas anticipadas de reactores en la Unión Europea”.

Operador Nuclear recuerda que Bruselas pidió que cuatro expertos estudiaran el impacto de la nuclear: TEG (financiación sostenible), @EU_ScienceHub (asesor científico de la Comisión), Articulo 31 Euratom (protección radiológica) y SCHEER (salud, medioambiente y riesgos emergentes). Sin embargo, el autor del correo “omite las pruebas científicas del @EU_ ScienceHub avaladas por los otros dos comités (Grupo del Artículo 31 y SCHEER), y se centra en la plataforma europea de finanzas sostenibles, un órgano no científico”. García insiste en que el informe del @EU_ScienceHub recogía que la nuclear ha demostrado ser una herramienta efectiva de mitigación del calentamiento global y en que la propia Comisión Económica de la ONU para Europa (UNECE) ha señalado que “la energía nuclear es tan ecológica como las renovables” tras un exhaustivo informe sobre el impacto ambiental de su ciclo de vida, siendo “de los más bajos de todas las energías”.

El informe del @EU_ScienceHub recoge que la nuclear ha demostrado ser una herramienta efectiva de mitigación del calentamiento global y la propia Comisión Económica de la ONU para Europa (UNECE) señala que “la energía nuclear es tan ecológica como las renovables”

Todo esto sucede en un escenario previo a la votación poco halagüeño, si se tiene en cuenta que el Parlamento Europeo señaló hace unas semanas que la energía nuclear y el gas no son verdes, marcando la intención de voto y colocándose en sentido contrario al de la Comisión Europea, que hace unos meses apostó por incluirlas en la taxonomía verde europea. Eso sí, no hay que olvidar que desde entonces, Bruselas ha hecho poco por impulsar la nuclear: aprobó elevar la producción de carbón más del doble que la nuclear, dentro del paquete de medidas ‘REPower EU’ para reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos en dos tercios este año. Por tanto, hay un cachondeo ideológico-verde en Europa, que apuesta más por el carbón, que sí emite CO2 y mucho,... mientras al mismo tiempo persigue emisiones neutras. Y por cierto, los eurodiputados deberían tener en cuenta a la hora de votar que Finlandia ha advertido recientemente que sin la energía nuclear Europa no logrará ser neutra en carbono ni autosuficiente

Por su parte, Sama Bilbao, directora general de la Asociación Nuclear Mundial (WNA, por sus siglas en inglés), ha referido que “tanto el JRC (Centro Común de Investigación, una dirección general de la Comisión Europea) como @UNECE están de acuerdo en que la #energíanuclear es sostenible”, por lo que insta al Europarlamento a “priorizar la ciencia y el bienestar de todos los europeos e incluir la nuclear en la taxonomía”. Además, hace unos meses, en España, puso en valor que nuestros siete reactores aportaron el 21% de la producción eléctrica, con una potencia instalada de swólo el 6%, lo que representa “una huella física pequeña, usando menos espacio físico que otras energías”. 

Es cierto que Alfredo García no desvela la identidad del europarlamentario del PSOE, pero podría ser perfectamente el riojano César Luena. Hace un día, escribió en su Twitter que esta semana se vota “en el Parlamento Europeo la propuesta de la Comisión Europea para considerar al gas y la energía nuclear como energías verdes. Espero que podamos mandar una señal fuerte al Ejecutivo rechazando esta incoherencia con el #PactoVerdeEuropeo y la ley del clima”. Y no hay que olvidar que a mediados de marzo, pidió a Bruselas que retirara la etiqueta verde de ambas energías porque la decisión está “separada de la ciencia” y también “de la coherencia”, subrayando que “con la invasión de Putin tenemos que eliminar la dependencia del gas. Pero es que, además, las nucleares pueden convertirse, incluso, en armas de guerra”. 

Paralelamente, varias organizaciones ecologistas (WWF, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace y SEO/BirdLife) han pedido a los eurodiputados españoles que rechacen el gas y la nuclear como inversiones sostenibles y les han recordado que “deben elegir el camino de la ciencia  y proteger la credibilidad de la taxonomía de la UE”. Y esto es bello e instructivo, principalmente por dos motivos: primero, porque la ciencia respalda que la nuclear es verde; y segundo, porque Greenpeace tiene bastante caradura y se lucra vendiendo gas en Alemania

Además, no sólo el PSOE rechaza la inclusión de la nuclear y el gas en la taxonomía verde, sino también el grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) ​del que forma parte en la Eurocámara.