Europa vive una situación compleja en el tema del gas natural: primero por su elevado precio y segundo porque tras la invasión rusa a Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, este último amenaza con reducir o incluso cortar el suministro... y no se puede obviar que es el principal proveedor del viejo continente. Sin embargo, España podría aprovechar su gran capacidad de regasificación y almacenamiento y enviar más gas a sus vecinos europeos vía Francia.

Conviene recordar que la Unión Europea importa el 40% del gas que consume desde Rusia, una altísima dependencia que se agrava en algunos de sus Estados miembros (seis dependen al 100% del gas ruso y otros 12 lo hacen en un 70%). Mientras que nuestro país presenta una situación mejor gracias a su diversificación de proveedores (Argelia, EEUU, Nigeria y Rusia son los principales, entre otros, aunque el pasado enero hubo una variación y el primer puesto lo ocupó EEUU por el incremento en gas natural licuado, fundamentalmente, pues el GNL supuso el 68,7% de las importaciones totales, según datos de Enagás) y de vías de llegada, así como por sus tres almacenamientos subterráneos (dos terrestres -situados en Guadalajara y Huesca- y otro marítimo -ubicado en la costa de Bermeo-).

España es el país que mayor número de plantas regasificadoras tiene de Europa: seis (Bilbao, Mugardos, Huelva, Cartagena, Sagunto y Barcelona) están en funcionamiento, más la de El Musel que se acabó en 2012 y aún no se ha puesto en marcha

En concreto, España es el país que mayor número de plantas regasificadoras tiene de Europa: seis (Bilbao, Mugardos, Huelva, Cartagena, Sagunto y Barcelona) están en funcionamiento y otra (la de El Musel) se acabó en 2012 pero aún no se ha puesto en marcha por problemas en los tribunales. Un número importante el de nuestro país dentro de las 20 regasificadoras que hay en el viejo continente y que le permite representar el 30% de la capacidad de almacenamiento de gas natural licuado -GNL- (es decir, 3,31 millones de metros cúbicos), según datos de Enagás, y el 27% de la capacidad de regasificación (1.910,40 gigavatios hora), como recogen los datos de Gas Infrastructure Europe -asociación que agrupa a los operadores europeos de infraestructuras de gas-.

En las regasificadoras es donde el GNL que se transporta en los metaneros se descarga y se vuelve a convertir en gas, aunque también se puede almacenar y si es necesario, se puede volver a pasar a estado líquido y cargarlo en el barco para que se descargue en otra planta regasificadora. Por tanto, España podría hacer esto último en caso de que lo necesitara alguno de sus colegas de continente, por ejemplo, pues está preparada. Como destacó el presidente de Enagás, Antonio Llardén, hace unas semanas, este invierno ha subastado y contratado 145 slots de descargas frente a los 86 del invierno anterior, y tiene “capacidad para dar más slots a las plantas en España, si fuera necesario”. De hecho, unos días después, la compañía gestora del sistema gasista y transportista de gas anunciaba que en la programación de marzo había 29 slots de descarga y que como medida preventiva se había lanzado la subasta de otros cuatro slots extraordinarios, que se destinarán tanto a la demanda interna como a la exportación.

Por las dos conexiones con Francia, España tiene capacidad para bombear 7.000 millones de metros cúbicos (bcm), el equivalente a siete metaneros con GNL al mes. Además, ha aumentado la capacidad del gasoducto argelino Medgaz de 8.000 a 10.000

Claro que el GNL que llega por metanero es más caro que el gas natural que viene por gasoducto. Nuestro país tiene cinco conexiones internacionales: una con Argelia (el gasoducto Medgaz que llega a Almería), dos con Portugal (por Badajoz y Tuy) y dos con Francia (por Irún y Larrau). Precisamente, por las dos conexiones con el vecino galo, España tiene capacidad para bombear 7.000 millones de metros cúbicos (bcm), el equivalente a siete metaneros con GNL al mes. Este martes, la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, ha reconocido que no es fácil sustituir el gas ruso a corto plazo, pero un corte de su suministro no es un tema que afecte especialmente a nuestro país (Rusia aportó el 5,8% de las importaciones en enero, por tanto no preocupa el suministro pero sí verá consecuencias en precio), aunque sí a otros vecinos, por lo que EEUU y Noruega están exportando más gas a Europa y se ha vuelto a hablar de la interconexión con Francia a través del MidCat (por Cataluña): un proyecto que lleva parado desde 2018 y que podría estar operativa en cinco o seis años y ser “beneficiosa para el suministro a nuestros vecinos”, pero si fuera financiada no sólo por España sino también por la UE. Además, el MidCat debería responder a las exigencias del futuro para poder transportar también gas natural mezclado, gas renovable, biometano e incluso hidrógeno renovable.

Paralelamente, no hay que olvidar que España tiene como principal suministrador a Argelia, pero ahora sólo lo hace por el gasoducto Medgaz (el del Magreb-Europa, que pasaba por Marruecos se cerró hace unos meses), que ha pasado de 8.000 millones de metros cúbicos (bcm) a 10.000, y se comprometió a enviar más vía GNL en metaneros si era necesario. Estos dos países africanos no tienen precisamente buenas relaciones en estos momentos y España ha parado el proyecto de regasificar GNL comprado por el reino alauí y devolvérselo por el gasoducto del Magreb, algo que cabrearía mucho a Argelia. Al mismo tiempo, este último ha anunciado que aumentará en 2.000 millones de metros cúbicos el suministro del gasoducto TransMed (que va desde Argelia, pasando por Túnez, a la isla de Sicilia, la Italia continental y tiene una extensión que llega a Eslovenia), tras la visita del ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, días antes de que el presidente español, Pedro Sánchez, telefoneara a su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, para trasladarse su voluntad de trabajar para el desarrollo y refuerzo de la asociación entre los dos países”, según informó El Mundo. Además, Italia también ha negociado un aumento de las exportaciones de GNL de Catar.