¿A qué juega España? Eso es lo que nos preguntamos tras conocer que regasificaremos gas natural licuado (GNL) que comprará Marruecos en alguna de nuestras seis plantas que lo permiten y se lo devolveremos por el gasoducto del Magreb-Europa.

Ojo, porque Argelia es el principal proveedor de gas natural de nuestro país y podría enfadarse... y en ese caso sí que peligraría nuestro suministro. Parece que a España le gusta buscarse nuevos problemas, a pesar de que tenía cierta tranquilidad respecto al suministro en caso de invasión rusa en Ucrania, sabiendo que el precio se encarecería.

Pero claro, parece que todo vale para volver a amigarse con el reino alauí. Y eso que el propio Pedro Sánchez señalaba que hay “una relación muy positiva”, que siempre se ha considerado a Marruecos “un aliado estratégico” y que “estamos deseando fortalecer esa colaboración bilateral”. ¡Qué bonito y qué cursi! Es más que dudable que estas palabras hayan ablandado a Mohamed VI.

Sánchez va en línea con el Rey Felipe VI, que hace unas semanas habló de “caminar juntos con Marruecos”, aunque lo que hay que hacer es enseñarle los dientes... Y el Departamento de Ribera preocupado por la seguridad energética del reino alauí

Y será Sánchez quien tiene ese deseo... A muchos no se nos olvida la masiva entrada por Ceuta del pasado mayo -aunque Fernando Grande-Marlaska no la tuvo en cuenta en las cifras de inmigración ilegal-, ni tampoco las muchas tomaduras de pelo del reino alauí -entre otras, la de montar una piscifactoría frente a las islas Chafarinas, es decir, en aguas territoriales españolas-. Claro que Sánchez va en línea con el Rey Felipe VI, que hace unas semanas habló de “caminar juntos con Marruecos”, aunque lo que hay que hacer es enseñarle los dientes...

Volvamos al gas. El reino alauí comprará GNL en los mercados internacionales que llegará en metaneros y se desembarcará en alguna de nuestras seis regasificadoras (tiene más sentido que sea en la de Huelva, por cercanía geográfica), donde se volverá a convertir en gas y se lo enviemos por el gasoducto del Magreb-Europa, que cruza el Estrecho de Gibraltar. Sí, el mismo que Argelia cerró el pasado 1 de noviembre y que era uno de los dos por los que hasta ese momento nos enviaba gas natural y del que se quedaba una parte Marruecos (el otro gasoducto y el único que se mantiene ahora es el Medgaz, que une Argelia y Almería).

Pero claro, el Ministerio para la Transición Ecológia presume de responder positivamente a la petición del reino alauí “de apoyo para garantizar su seguridad energética sobre la base de las relaciones comerciales”, eso sí, debería tener en cuenta que hasta ahora no han tenido cortes de luz: Rabat ha tirado de sus minas de carbón para cubrir las necesidades. Y claro, la ecologista Teresa Ribera habrá pensado que esto no puede seguir así... y más ahora que el gas -como la nuclear- tiene la etiqueta de verde en la Unión Europea por mucho que le pese.