La bombona de butano también ha entrado en campaña electoral, como los partidos políticos de cara al próximo 28-M. Y es que ha bajado su precio un 4,9%, desde 16,79 euros a 15,06 euros, y encadena ya cuatro descensos consecutivos, tras los registrados en noviembre, enero y marzo.

En concreto, su precio desciende 0,83 euros y se sitúa en su nivel más bajo en los últimos doce meses, lejos del récord de 19,55 euros de hace un año que lograron Pedro Sánchez y Teresa Ribera, superando el máximo de 17,50 euros que alcanzó en marzo de 2015 con Mariano Rajoy y el de 15,19 euros que tuvo con José Luis Rodríguez Zapatero. Ya saben que Sánchez siempre quiere ser el ganador, algo que también se puede ver en los elevados niveles de deuda pública, por ejemplo.

Es considerada como la energía de los pobres al ser la fuente de energía más barata que hay en España, pues el cliente sólo paga por lo que consume, pero su consumo está en retroceso: ha bajado más de un 25% entre 2010 y 2021

La bombona de butano de 12,5 kilogramos tiene precio regulado que se revisa cada dos meses (en concreto, el tercer martes del mes correspondiente) y sólo puede subir o bajar un máximo de un 5%. Ahora se vuelve a abaratar por la fuerte caída de la cotización de las materias primas (propano y butano), que ha sido del 25,8%, y la apreciación del euro frente al dólar, principalmente.

No se puede olvidar que la bombona es considerada como la energía de los pobres al ser la fuente de energía más barata que hay en España, pues el cliente sólo paga por lo que consume, es decir, no los costes del llamado midstream (transporte, almacenamiento y venta al por mayor de productos crudos o refinados del petróleo). Nuestro país es una excepción en el negocio europeo de butano porque su precio está regulado, mientras en otros países (por ejemplo, Portugal) se ha liberalizado: unos ocho millones de hogares disfrutan de las ventajas de la bombona de butano (versatilidad -múltiples usos-, alto poder calorífico y que se puede mover), siendo Repsol el primer vendedor y Cepsa el segundo. Eso sí, el consumo de envases de gases licuados del petróleo (butano y propano) se sitúa en 64,5 millones y está en retroceso porque ha bajado más de un 25% entre los años 2010 y 2021.