Sánchez y Lakshmi N. Mittal, en el Foro de Davos de 2023 acordaron 450 millones de ayudas... pero al indio no le bastan
Lo que está haciendo ArcelorMittal en España puede tener muchos calificativos, pero demasiados negativos. Y es que no tiene ningún reparo en chantajear una y otra vez a Pedro Sánchez, pero no a la italiana Giorgia Meloni, al mismo tiempo que apuesta más por Francia y Alemania en proyectos para descarbonizar sus plantas al calor de más ayudas públicas, lógicamente.
El gigante siderúrgico mundial que controla la familia india Mittal sigue extendiendo su caradura y maltrato en nuestro país, donde ha extendido el ERTE para sus 8.500 empleados durante todo este año. Tras conocerse que en el año 2023, facturó un 14,5%, el resultado bruto de explotación (ebitda) se hundió un 46,6% y el beneficio neto se desplomó un 90,12%, a 852,17 millones de euros, los Mittal tienen la excusa perfecta para extender el síndrome de Nowa Huta. Ya saben que Lakshmi N. Mittal, presidente ejecutivo de ArcelorMittal, es conocido por ser un gran despedidor, pues en la citada ciudad polaca que se levantó junto a Cracovia (siguiendo el modelo soviético y siendo un reconocido experimento de ingeniería socialista) compró la acerera cuando cayó el comunismo y redujo la plantilla de 40.000 trabajadores a 10.000. Además, recientemente anunció 3.500 despidos en Sudáfrica.
Después de la extensión del ERTE y los malos resultados de 2023 que llevan a temer despidos en nuestro país, ahora el gigante siderúrgico usa la excusa de que el hidrógeno verde no es viable para no invertir en la planta directa de mineral de hierro (denominada DRI) que iba a levantar en Asturias para fabricarlo de forma descarbonizada al usar como energía el hidrógeno verde. Así se puede ver en las declaraciones de su CEO en Europa, Geert van Poelvoorde, a Trends recogidas por El Comercio, donde reconoce que el consorcio para abastecer de este hidrógeno a Asturias “se ha desmoronado”. Y como el coste del hidrógeno verde no es viable, Poelvoorde aboga por atrasar la inversión en la planta de DRI e importarlo. Es más, hace algo más de un mes, se conoció que ArcelorMittal impulsaba en Francia la misma planta que tenía para Asturias... por el precio de la luz y las nuevas ayudas públicas galas. Todo ello, a pesar de haber recibido 450 millones de ayudas públicas (procedentes de los fondos europeos) en España, tras reunirse Lakshmi N. Mittal con Pedro Sánchez en el Foro de Davos de 2023; y de tener apoyo del Principado de Asturias que preside el socialista Adrián Barbón: el consorcio liderado por ArcelorMittal y otros dos consorcios recibieron cerca de 5,3 millones de financiación (en su mayor parte de fondos europeos), y en caso del primero la ayuda era para crear una planta piloto donde probar la aplicación del hidrógeno verde a procesos industriales.
El gigante siderúrgico protestó al Gobierno italiano, pero le sirvió de poco: Meloni pasó a la acción y fue su ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, quien decretó la administración extraordinaria de la planta de Tarento
La consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico del Gobierno asturiano, Nieves Roqueñí, ha señalado que la próxima semana tendrá una reunión al más alto nivel sobre el gigante siderúrgico, porque “hay escenarios que van cambiando con los anuncios de la empresa y a esos escenarios tendremos que darle un acomodo legal y un acomodo de la Administración General del Estado en relación a esas ayudas y a ese proyecto que está todavía sin acabar”. En concreto, la cita será el día 28 con Rebeca Torró, secretaria de Estado de Industria, y ArcelorMittal ha referido que trabaja con el Gobierno para salvar la inversión en la planta de DRI y que la obra de esta acería verde empezará en abril, según El Comercio. Por su parte, Álvaro Queipo, presidente del PP de Asturias, ha pedido una reunión con el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, para saber sobre el futuro de ArcelorMittal en la región ante la desinformación de Barbón. Y desde CCOO, su secretario general en el Principado de Asturias, José Manuel Zapico, ha reclamado al Gobierno central y al asturiano que “se pongan las pilas” porque se está hablando de más de 8.000 empleos directos y del 12% del PIB industrial de la región.
Hace un mes decíamos que Pedro Sánchez debía aprender de Giorgia Meloni en el trato a los caraduras de ArcelorMittal y el argumento sigue siendo válido. La primera ministra de Italia anunció una nacionalización temporal de su principal siderúrgica, Acciaierie d’Italia (ADI) -la antigua Ilva-, que hasta ahora controlaba en un 38% y la familia india Mittal en un 62%; mientras busca nuevos socios para mantener la actividad y 10.000 empleos por su interés estratégico. El gigante siderúrgico protestó al Gobierno italiano a través de una carta por querer poner dicha planta situada en Tarento bajo administración especial, según Bloomberg, pero le sirvió de poco: hace cuatro días, Meloni pasó a la acción y fue su ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, quien decretó la administración extraordinaria y puso al frente de la misma como su comisario a Giancarlo Quaranta, que tiene una larga experiencia experiencia en el sector siderúrgico. Por su parte, la siderúrgica de los Mittal, a través de un comunicado, refirió: “Esto supone el fin de la participación de ArcelorMittal en ADI, iniciada en 2018”. Y la cosa no acaba ahí, en una entrevista en RAI TV, Meloni ha señalado “no quiero nacionalizar Ilva” y sigue buscando inversores: “Creo que hay márgenes para encontrar inversores privados que realmente tengan interés en hacerla funcionar. Hay varios que se han presentado”.
Ojo, la Comisión Europea aprueba el plan de las autoridades de Alemania para destinar 1.300 millones en ayudas (en parte con fondos europeos) a la siderúrgica para descarbonizar varias de sus plantas de producción de acero de Bremen y Eisenhüttenstadt
Y ojo, Sánchez debería estar al loro con Arcelor, y más después de conocerse que impulsa en Francia la misma planta que tenía para Asturias... por el precio de la luz y las nuevas ayudas públicas galas. El viernes 23 la Comisión Europea ha dado su visto bueno al plan de las autoridades de Alemania para destinar 1.300 millones en ayudas (en parte con fondos europeos) a la siderúrgica para descarbonizar sus plantas de producción de acero de Bremen y Eisenhüttenstadt, considerando que contribuirá a alcanzar los objetivos sostenibles de la Unión Europea. En concreto, estas ayudas irán a la construcción de una instalación de reducción directa (que primero funcionará con gas y después se sustituirá gradualmente por hidrógeno con bajas emisiones de carbono e hidrógeno renovable) y tres hornos de arco eléctrico que estarán en funcionamiento en 2026. “La descarbonización de la industria pesada es esencial para lograr la transición ecológica”, ha subrayado la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Competencia, Margrethe Vestager (quien perdió la presidencia del Banco Europeo de Inversiones -BEI- frente a Nadia Calviño). Y ojo, no olviden que el gigante siderúrgico está apostando por invertir en plantas de otros lugares (India, EEUU o Canadá) más que en Europa,... pero le siguen dando ayudas públicas.