Aramco nota el abaratamiento del crudo y el gas en sus resultados de 2023, como la mayoría de compañeras de sector (Cepsa, Repsol, YPF, Pemex, Eni, Galp, Equinor, BP, ShellExxonMobil y Chevron, excepto TotalEnergies. Eso sí, el menor precio de dichos hidrocarburos no han repercutido en los accionistas ni en los trabajadores de la petrolera saudí, que es también la mayor del mundo, porque el dividendo ha subido un 30% y los salarios han crecido.

La petrolera controlada por el Estado saudí (dueño del 98%) ha visto reducidos sus ingresos no sólo por los menores precios del petróleo, sino también por el descenso en los volúmenes vendidos, y los menores márgenes de refino y productos químicos. Todo esto también ha influido en el beneficio neto, que ha bajado un 24,7%, a unos 110.879 millones de euros. Eso sí, se trata del segundo mayor resultado anual de su historia, tras el récord obtenido en 2022, donde a las petroleras les vinieron muy bien los altos precios del crudo y del gas.

Los dividendos (cuyo principal beneficiado es el Estado saudí) han aumentado un 30%, hasta 89.398 millones, repartidos al final de cada trimestre. Por su parte, el salario medio de los empleados ha crecido hasta unos 45.323 euros. Además, las inversiones han ascendido a 45.430 millones, siendo un 28% superiores a las del año anterior, y continuarán incrementándose hasta mediados de la década. Eso sí, lo que no aumentará será la producción de petróleo, que se mantendrá en una capacidad máxima de 12 millones de barriles por día, y quieren aprovechar para incrementar la producción de gas y “crecer en el negocio de conversión de líquidos a prodcutos químicos”, ha señalado Amin H. Nasser, presidente y CEO de Aramco. No olviden que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que lidera Arabia Saudí, y el grupo OPEP+ (que incluye también a los aliados de dicha Organización, entre ellos, Rusia), ha ido adoptando diversos recortes de producción... fastidiando a Occidente, y que dichos recortes llevaron a que Angola dijera adiós a la OPEP. 

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Paralelamente, otra petrolera afectada por los menores precios de crudo y gas en 2023 ha sido la brasileña Petrobras, controlada por el Estado en un 36,6%. Sus ingresos han descendido un 20,2%, a 94.206 millones de euros; y el beneficio neto ha caído un 33,8%, a 23.121 millones. Ante estos menores ingresos y ganancias, la compañía anunció un pago de dividendos menor al esperado... y los inversores castigaron la decisión: la cotización se movió a la baja (-11%). Y el primer afectado de los menores dividendos es el precisamente el Estado, presidido por Lula da Silva

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