Las cosas se mueven en el comercio internacional… y no necesariamente para bien. Tras 50 años de librecambismo, está renaciendo el proteccionismo económico, así se observa por lo ocurrido con Apple en China, que puede significar el principio del fin y un precedente al que sigan otras muchas empresas. Y por cierto, también puede suponer el fin de la globalización y la vuelta de la guerra comercial.

El gigante asiático ha respondido a EEUU y lo ha hecho al prohibir utilizar el iPhone a los trabajadores de algunos ministerios, lo que ha provocado el batacazo bursátil de la famosa marca de la manzana mordida. Esto no es baladí, porque según Bloomberg, la restricción se podría extender a otras compañías estatales controladas por Xi Jinping. Y ojo, porque China es un gran mercado para Apple y además fabrica allí -y en India- la mayoría de sus carísimos teléfonos móviles.

La respuesta del gigante asiático llega después de que en los últimos años EEUU haya puesto restricciones a Huawei (además, se eligió a Nokia para el 5G) y TikTok, las cuales empezaron siendo presidente Donald Trump y han continuado con Joe Biden al frente de la Casa Blanca.

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Recuerden que el libre cambio ha sido el tótem del comercio internacional durante años y si este se ve afectado se rompería la Organización Mundial de Comercio (OMC). Por ahora, la respuesta de China se centra, por ahora, en EEUU y en Apple, pero después podría tomarla con Europa y otras muchas compañías, donde se optó por no dejar el despliegue del 5G en manos de Huawei, sino en las de la finlandesa Nokia y la sueca Ericsson, y también se ha prohibido el uso de TikTok para los empleados de la Comisión Europea y el Consejo Europeo.