El magnate de la tecnología y líder filantrópico Bill Gates ha situado el cambio climático en el centro de su agenda, respaldando inversiones en tecnologías disruptivas como su última propuesta: la carne cultivada en laboratorio. 

Sus declaraciones sobre las emisiones globales provenientes del ganado han encendido el doble debate: por un lado si la innovación tecnológica puede ser la llave para una transición alimentaria sostenible y un futuro con cero emisiones netas. Por otro, si tanta filantropía no encubre incrementar su patrimonio familiar.

Bill Gates, fundador de Microsoft y una de las voces más influyentes en la filantropía y la lucha contra el cambio climático, acaba de señalar que el modelo actual de producción de carne vacuna es insostenible para el planeta. El ganado provoca emisiones globales, proponiendo la urgencia de adoptar alternativas como la carne artificial o sintética, una industria en la que es un destacado inversor, con participaciones en empresas pioneras como Impossible Foods.

 "Las vacas por sí solas representan alrededor del 6% de las emisiones globales y por eso necesitamos cambiar las vacas y avanzar hacia la carne artificial ", ha afirmado el magnate tecnológico.

Por de pronto, la mantequilla sintética (elaborada en laboratorio) llegará a los supermercados en 2027.

Como en propuestas anteriores, Gates pretende aplicar la innovación a escala para resolver los problemas más grandes y complejos del planeta. Los defensores de la carne artificial (proteína fake), como el multimillonario norteamericano, prometen una reducción drástica en el uso de tierra y agua, y en especial de la huella de carbono en comparación con la ganadería tradicional. La idea de producir proteínas animales (en laboratorios) sin la necesidad de criar y sacrificar animales, minimiza así la liberación de metano y otros gases que contribuyen al efecto invernadero.

Sin embargo, el camino hacia la sostenibilidad no está exento de retos. Algunos estudios críticos publicados por la Universidad de Oxford, advierten que el impacto ambiental a largo plazo de la carne sintética dependerá crucialmente de la matriz energética que la sustente. Como las baterías de los coches eléctricos cuando se fabrican para ahorrar combustible fósil pero emplean innumerables materiales altamente tóxicos y consumen gran volumen de energía en su ensamblaje. 

En el caso de la carne artificial de laboratorio si la producción a gran escala, que es intensiva en energía, sigue dependiendo de los combustibles fósiles, la liberación de dióxido de carbono persistente podría, irónicamente, suponer un desafío climático mayor que el metano de vida corta del ganado. La clave del éxito según los científicos de Oxford, por lo tanto, reside en la capacidad para alimentarse de fuentes de energías renovables.

Otras críticas de grupos ecologistas apuntan a la paradoja de que la carne procesada y roja pueda producir cáncer, pero la carne sintética no, por falta de evidencia científica por ahora.

La disrupción alimentaria es solo una faceta más de la ambición de Gates. A través de la Fundación Bill y Melinda Gates y su brazo inversor Breakthrough Energy (dotado de más 1.000 millones de dólares) el magnate defiende objetivos ambiciosos en múltiples campos que más que la filantropía parece perseguir buenos dividendos. Su holding privado, Cascade Investment, invierte estratégicamente en sectores como la gestión de residuos, el transporte (Canadian National Railway) y la agricultura (Deere & Company), buscando construir un portafolio sólido que refleje sus prioridades a largo plazo.

En el campo de la  salud, Gates es fiel defensor de las vacunas y la lucha contra enfermedades como la malaria y la poliomielitis, con el compromiso de su erradicación en Africa a través de la colaboración público-privada. También propuso una fábrica de mosquitos para erradicar el dengue y WCs portátiles secos para evitar infecciones a través de un descontrol de aguas fecales en multitud de países en subdesarrollo.

En el ámbito energético, Gates lidera una cruzada para acelerar la transición hacia la neutralidad de carbono. Financia startups dedicadas al desarrollo de tecnologías limpias, desde el almacenamiento de energía  hasta la aviación sostenible, bajo el principio de que solo la innovación puede hacer que las alternativas limpias sean más asequibles que las que emiten carbono.

Su filosofía detrás de todas estas apuestas presuntamente altruistas pasa por abordar los problemas desde la raíz, inversiones en tecnologías prometedoras y buscar soluciones globales para dejar un mundo más sano, equitativo y sostenible. Algunas voces reprobadoras expresan la dificultad de distinguir entre los proyectos benefactores (sin ánimo de lucro ) y las inversiones en proyectos concretos con unos réditos y dividendos que alimentan el estómago patrimonial de su holding privado. 

Además, ciertas teorías conspirativas recientes relacionaron a Gates con determinadas pandemias según publicaron medios como el Washington Post o la revista Newsweek. Curioso además que alguna IA  generativa afín al imperio Gates bloquee literalmente consultas al respecto relacionándolas con su nombre.   

Excelentes relaciones con ZP, Sánchez y el grupo PRISA

La Fundación de Bill Gates y su esposa Melinda (BMGF) colabora estrechamente con la Fundación "la Caixa" para cofinanciar proyectos de salud global, particularmente a través del apoyo a Gavi, la Alianza para las Vacunas, multiplicando el capital español destinado a la inmunización infantil. Además ha realizado importantes donaciones directas al CSIC (unos 5 millones euros) para proyectos de investigación agrícola puntera, como el desarrollo de cultivos capaces de fijar nitrógeno.

También se ha asociado con la alianza "Cleantech for Iberia" con el objetivo de movilizar 850 millones de euros hasta el 2027 hacia la Península Ibérica para financiar tecnologías de cero emisiones netas, junto con entidades como el BBVA y el Grupo Zubi inversor. 

Gates tiene cierta autoridad cuando afirma: “En diez años, la mayoría de las tareas humanas las hará la IA”. Eso no le ha impedido apostar por el periodismo analógico. La Fundación Gates ha realizado donaciones sorprendentemente a medios de comunicación como El País (Grupo PRISA) para proyectos editoriales de salud global y desarrollo sostenible. Algunas fuentes cifran las aportaciones filantrópicas (o hay que hablar mejor de inversiones) conjuntas por valor de casi 5  millones de euros entre 2013 y 2025. 

Es por eso que no se conoce un editorial crítico de PRISA contra Gates, y la línea editorial del grupo de comunicación comparta la mayoría de los pilares de la agenda del magnate tecnológico: el multilateralismo, la vacunación global y la lucha contra el cambio climático.

Algunos periodistas internacionales como Tim Schwab, autor del libro  "El problema de Bill Gates", son muy críticos y denuncian, a diferencia de PRISA, que la Fundación Gates ejerce un "poder político sin control" y que su influencia en la salud pública mundial es "antidemocrática". Algo incuestionable en la redacción del diario madrileño. 

Fruto de las buenas relaciones institucionales con España y la filantropía radican en los encuentros varios mantenidos con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. La complicidad mutua le llevó a que Sánchez recibiera  el premio Global Goalkeeper de manos de Bill Gates en un evento celebrado en Nueva York en septiembre de 2025 en reconocimiento de su defensa del desarrollo sostenible. En 2022, el expresidente Rodriguez Zapatero inauguró el GATE Center (Global Affairs and Trends Analysis Center), un think tank con sede en Madrid que ZP preside su consejo asesor a día de hoy y cuya remuneración privada se desconoce aunque sea incompatible con su pensión vitalicia del Estado, al estar considerada información reservada. Unos años antes, la Fundación Gates recibió el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional en 2006.