Cobrar en tiempo y forma es primordial, tanto para particulares como para las empresas, ya sean grandes o pequeñas. En el caso que nos ocupa, hablamos de dos multinacionales, Nokia y Ericsson que, a pesar de su tamaño, han notado en sus cuentas el retraso en el cobro de patentes, por ejemplo, por cada terminal 5G vendido. Nokia ha tenido problemas con Oppo y Vivo, y Ericsson con Apple. La primera ha visto reducidos sus ingresos por patentes en 62 millones de euros, mientras la segunda, en casi 100 millones.

Vamos con Nokia. Sus ingresos hasta septiembre aumentaron un 11,4%, más que el 10,1% del consenso de los analistas, hasta los 17.462 millones de euros, y el beneficio neto fue de 1.552 millones, un 2% más que en 2021 y superior al 0,2% estimado por el mercado.

Ericsson, por su parte, aumentó los ingresos un 15,3%, hasta los 16.950 millones de euros, y ganó un 0,3% más, hasta los 1.150 millones de euros. El principal negocio de la compañía, el de redes, facturó un 15,5% más, hasta los 12.310 millones de euros, muy por encima de los 3.680 millones que facturó el negocio de servicios en la nube, tras aumentar un 5%. El negocio de empresas, aun siendo el menos importante, fue el que más creció: un 98%, hasta los 800 millones de euros de facturación.

La reacción del mercado fue negativa con ambas compañías: Nokia caía este jueves más de un 7,6% en bolsa y la cotización de Ericsson se desplomaba más de un 14,7%. Menos mal que aumentaron el beneficio respecto al de 2021.