La industria de la automoción se enfrenta a importantes retos, como la expansión del coche eléctrico, el cual provocará una revolución laboral, según advierte Seat, pues las plantillas no están preparadas. De hecho, se necesita formación y reinvención. Pero también podría suponer despidos en puestos actuales y contratos en puestos nuevos.

“En 10 años, el 50% de nuestros empleados trabajará en puestos distintos a los que están ahora, y algunos ni siquiera existen a día de hoy”, ha explicado Luca de Meo, CEO de Seat, en su intervención en ‘el Ágora de elEconomista’. Su apuesta es “proteger a nuestra plantilla, pero también necesitamos gente en otras faenas (programadores de robots, por ejemplo)”. Esto no es baladí, porque la plantilla de Seat tiene una edad media de 42 años, aunque se va preparando: el año pasado, la marca invirtió casi 23 millones de euros en formación, lo que equivale a 1.500 euros por empleado, 17 veces por encima de la media española.

Seat invirtió casi 23 millones en formación, lo que equivale a 1.500 euros por empleado, 17 veces más que la media española

Seat está inmersa en el proceso de pasar de ser un fabricante de vehículos a convertirse en un proveedor de soluciones de movilidad. Esto se refleja en la ofensiva eléctrica, que incluye seis nuevos modelos eléctricos e híbridos enchufables de Seat y Cupra, así como desarrollar una plataforma junto al grupo Volkswagen “para crear vehículos eléctricos al alcance de un público más amplio: vamos a contribuir a democratizar la movilidad sostenible”. Además, está la apuesta por el car sharing (coche compartido), los patinetes eléctricos e, incluso, el coche autónomo.

Faltan infraestructuras: España tiene alrededor de 5.000 puntos de recarga, pero para un millón de coches eléctricos se necesitarían 700.000

“Uno de cada cuatro coches vendido por Seat en 2025 será eléctrico”, según De Meo, confirmando el plan previsto por Volkswagen, para cumplir el objetivo normativo de emisiones y evitar multas. Aunque, además del precio, aún hay asignaturas pendientes, como:

  1. Las infraestructuras: España tiene alrededor de 5.000 puntos de recarga, pero “para un millón de coches eléctricos se necesitarían 700.000”. De Meo también ha apuntado que cambiará la manera de recarga “como ahora ocurre con los móviles”, con cargas rápidas de cinco minutos para recorrer 120 kilómetros. Un tema que no sólo afecta a fabricantes de vehículos también a compañías de infraestructuras y a energéticas.
  2. Las baterías: habrá más colonización oriental porque ahora China, Japón y Corea controlan la producción. En Europa debe haber capacidad de producción. Según Luca de Meo, “es necesaria una gran fábrica” de baterías en España, pero para que sea rentable, debe estar muy próxima a la planta de coches para ahorrar costes logísticos. Claro que el posicionamiento que va a tomar España es el del “software management”, es decir, una vez más se apostaría por los servicios en lugar de por la industria. Además, no se pueden olvidar los problemas que han tenido fabricantes (por ejemplo, Toyota) con la duración de las baterías o el tema del reciclaje, aunque De Meo le ha quitado hierro porque cree que tendrán una duración mínima de 10 años y a partir de ese momento funcionarán al 80% de su capacidad y además se les puede dar un segundo uso. 

Por último, el CEO de Seat ha destacado el coche autónomo, pues “cuando la tecnología y la legislación estén listas, tendrá el potencial de reducir el coste de transporte por carretera en un 90%”. Asimismo, está convencido de que contribuirá a alcanzar el objetivo de cero accidentes: “el coche conectado y autónomo hará que la conducción sea diez veces más segura eliminando el factor humano de la ecuación, que, a día de hoy, es el responsable de más del 90% de los accidentes de tráfico”. Demasiada confianza en una máquina… pues ya ha habido algún accidente de este tipo de vehículos.