Pedro Sánchez ha premiado a la defenestrada Carmen Montón, designándola embajadora observadora permanente de España ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). Fue el segundo ministro de su primer Gabinete, tras Màxim Huerta, en dimitirle, por un Máster de la Universidad Rey Juan Carlos, y su sacrificio salvó a Dolores Delgado: no podía salir a ministro dimitido por semana. Por cierto, el caso de Montón fue archivado por la jueza.

Montón siempre fue el puntal abortero del PSOE y llegó al Congreso, y después al primer Gabinete de Sánchez, tras ser consejera de Sanidad en la Comunidad Valenciana. Allí, en su tierra, tampoco escapó de la polémica, por enchufar a amigos y familiares. Entre ellos, su marido, Alberto Hernández Campa, que fue nombrado director de la Empresa General Valenciana del Agua S.A. (Egevasa), pero, finalmente, dimitió.