De crecer un 1,6% (previsión de enero) a desplomarse un 8%. Esa es la previsión del FMI para la economía española, publicada este martes en su informe del mes de abril, Perspectivas de la Economía Global. El organismo estima, además, que el coronavirus tendrá un impacto devastador en el empleo y que la tasa de paro llegará al 20%. Tranquilos, hemos vivido situaciones peores: con Zapatero el desempleo llegó hasta el 22,5%, si bien es cierto que España nunca ha registrado una caída del PIB tan elevada. El mayor descenso fue en 2009 y se quedó en el 3,7%.

Las previsiones acerca de la economía global tampoco son muy halagüeñas: caerá un 3% en 2020, frente al crecimiento del 3,3% que estimó en enero de este año.

La recuperación será el ‘V’, aunque no en todos los países. Según el FMI, la eurozona lo hará de una manera más lenta y, dentro de ella, España será uno de los señalados al crecer sólo un 4,3% en 2021, frente al 5,8% que crecerá la economía mundial.

Me dirán que sólo son previsiones, y es cierto. “Todavía es pronto”, ha afirmado María Jesús Montero durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Luego ha ido más lejos y lo ha calificado de “prematuro” y de “muy precoz y preliminar”. A lo mejor lo dice porque espera que la caída sea aún mayor, como pronostican otros organismos como la CEOE (-9% del PIB en 2020).

En cualquier caso, ¿cómo vamos a salir de la crisis, por la vía Roosevelt (Franklin, no Theodore) o por la vía Thatcher? Para salir de la gran depresión de 1929, el presidente norteamericano trazó un macro plan de infraestructuras y obra pública -el New Deal-, que llevó a Estados Unidos a aumentar su deuda pública hasta niveles nunca vistos hasta entonces.

Margaret Thatcher, sin embargo, optó por cargarse el estado del bienestar que estaba ahogando la economía del Reino Unido hasta tal punto que, en 1976, el Gobierno británico tuvo que pedir auxilio al FMI. La ‘dama de hierro’ optó por el camino opuesto al de Roosevelt y privatizó las empresas públicas, bajó los impuestos, redujo la deuda pública… en definitiva, optó por menos Estado.

No hay que ser un lince para imaginar qué camino cogerán Pedro Sánchez y Pablo Iglesias: más Estado, más impuestos y más deuda, todo bajo el paraguas del estado de bienestar que, en el fondo, esconde el reparto de la miseria.

Por cierto, el FMI también ha alertado sobre los riesgos de una nueva crisis financiera. No pasa nada, según el organismo, los bancos centrales han tomado la decisión correcta: inyectar más liquidez en el sistema. Estamos salvados.