Ben Bernanke (en la imagen), expresidente de la Reserva Federal norteamericana, ha fichado por Pimco, la gestora de fondos (banca en la sombra) más especulativa, agresiva y jetas de todas. Gestiona fondos que superan en un 40% el PIB español y su especialidad es la renta fija, especialmente deuda pública, con lo que los gobiernos se lo pensarán mucho antes de atacarles. Pero eso no es lo peor. Hace un tiempo, en un bello mundo llamado Occidente, los monetaristas -por simplificar, los bancos centrales, emisores del mundo- eran los encargados de pararles los pies a los especuladores. Y la principal baza para cumplir con su encomiable tarea consistía en drenar liquidez, es decir, en retirar dinero del mercado. Pues bien, ahora sólo lo fabrican. Han creado un océano de liquidez en el que todos nos ahogamos, menos los especuladores, que van en barco. Y así, Bernanke, el hombre de la Reserva Federal, el mayor fabricante de dinero, ficha por el especulador Pimco. ¿En qué estaría él pensando? La especulación financiera no deja de crecer porque vivimos en un mundo lleno de dinero. El especulador necesita el dinero para incendiar la economía. Pero nunca creíamos que convenciera al policía para convertirse en ladrón, nunca creímos que para reactivar una economía occidental, hecha unos zorros, lo único que se les ocurriera a los políticos es acudir al banco central para pedirle que le dé a la máquina de hacer dinero. Pues ahora así, lo que significa que el banco central ya no es el enemigo del especulador sino su aliado. Aquí radica el error de fondo: si la economía cree hay que fabricar dinero pero no hay que fabricar dinero para que la economía crezca. Así no se reactiva la economía, sólo la especulación. Y es que el dinero es un instrumento de intercambio, no un fin en sí mismo. Y si lo es, entonces viene la crisis de 2007. Y, por cierto, Estados Unidos, con Alan Greenspan (el macaco que hablaba de la  "exuberancia irracional de los mercados"), y ahora Ben Bernanke, iniciaron una enloquecida carrera por fabricar dinero artificial, dinero de mentira, en la economía norteamericana. En Europa fuimos más cautos, es decir, más ortodoxos, pero como nos da rabia el crecimiento norteamericano (que no se debía a eso, sino a una economía flexible) empezamos ahora... justo cuando USA -el miércoles conocimos los datos- se estanca. Europa, que ya anda estancada en breve, se hundirá. ¿A qué somos geniales? Pero, eso sí, mientras, los especuladores, apoyados por sus ahora aliados, los monetaristas, se siguen forrando. ¿Alternativa? La de siempre: reducir impuestos, reducir prestaciones sociales y fomentar la propiedad privada pequeña. Es decir, fabricar bienes y productos en libertad, no fabricar dinero según lo que día un señor llamado Bernanke u otro llamado Mario Draghi. Eulogio López eulogio@hispanidad.com