En ING seguirá siendo todo de color naranja, como su Cuenta Naranja, que queda en vieja gloria de la entidad. Fue el principal reclamo y ha decidido finiquitarlo de un golpe, al reducir su rentabilidad a nada: un 0,01% a partir de próximo 1 de agosto.

“Hay noticias que no son fáciles de dar y esta es una de ellas”, anuncia en una carta a sus clientes, rendido a la realidad de los tipos de interés, en mínimos históricos del 0%, lo que le ha llevado a ajustar “la remuneración de la cuenta hasta llegar a este momento”.

No es la primera rebaja, sino una de tantas, en un producto que llegó a ofrecer un 5% en sus tiempos de gloria.  El año pasado, en enero, suprimió la bonificación del 2% de los recibos domiciliados y redujo a la mitad la remuneración, del 0,2% al 0,1%, que pasó después al 0,5% y ahora a casi nada por la perseverancia de Draghi, presidente del BCE. Ahora, sólo le salva la ausencia de comisiones y la disponibilidad total del dinero, llegado el caso.

La cuenta naranja sigue en cartel -no así el depósito naranja, que ofrecía un 1% y se eliminó hace un año- pero queda muy relegada frente a otros productos como la cuenta nómina o la hipoteca, naranja, claro.