• El auditor PwC dio el visto bueno a las provisiones de 5.600 millones de euros que realizó la entidad en 2016.
  • Y Ron encargó a Ernst & Young una revisión especial de dudosos.
  • Y ambas firmaron su aquiescencia a las provisiones de 5.600 millones.
  • ¿Ampliación de capital? Ni se asegura ni se descarta sino todo lo contrario: "Hacia el verano deberíamos dar una respuesta", asegura Sánchez-Asiaín.
  • Para el Ceo, el problema es la falta de confianza provocada por el plan de negocio de hace un año y que "se demostró insuficiente o inexacto o incorrecto".
  • Fusiones: Sánchez-Asiaín admite "conversaciones de almuerzo" aunque niega cualquier "acercamiento serio".
A ver si nos entendemos. Ángel Ron encargó una doble auditoría para conocer la carga de activos tóxicos del banco. Como lo oyen. Cuando la situación en el seno del Consejo se enrareció y algunos comenzaron a señalarle con el dedo, el entonces presidente de la entidad encargó a EY una revisión especial de dudosos. Ya saben, por si acaso a alguien se le ocurría culparle de falsear las cuentas o de minimizar el problema inmobiliario. En cualquier caso, miren por dónde, tanto la auditoría 'oficial' de PwC como el estudio de EY coincidieron en los números y en las conclusiones. Es decir, ambas firmas dieron el visto bueno a las provisiones de 5.600 millones de euros que realizó el banco en 2016. ¿Y el desajuste notificado a comienzos de abril? Estamos hablando de unos 400 millones que, como aseguró PwC, no suponen "ningún incumplimiento". Además, no impiden que el banco alcance los requisitos de capital regulatorio necesarios. En otras palabras, es un desajuste leve teniendo en cuenta que las provisiones fueron de 5.600 millones. Pero eso no es lo importante. Lo que llama la atención es que, a pesar de esas dos auditorías, el nuevo consejero delegado del Popular, Ignacio Sánchez-Asiaín (en la imagen) insiste en que hace falta conocer la carga real de activos tóxicos del banco. Lo ha vuelto a repetir este viernes, durante la presentación de resultados del primer trimestre. Y no se tomará ninguna decisión estratégica hasta que no concluya esta nueva evaluación interna, cuyas conclusiones se esperan para el verano. ¿Pero de verdad hay que esperar a otra 'auditoría'? ¿No le bastan las conclusiones 'unánimes' de PwC y EY? Como hemos señalado, el nuevo estudio interno encargado por Sánchez-Asiaín estará listo dentro de unas semanas, justo antes del verano. Será entonces cuando Emilio Saracho decida si lleva a cabo la ampliación de capital con la que 'amenazó' a los accionistas durante la última Junta. Y si es que sí, lo más probable es que esté destinada a inversores institucionales. En este contexto, Sánchez-Asiaín tiene claro que el problema del Popular es de falta de confianza, provocada por el plan de negocio de hace un año y que "se demostró insuficiente o inexacto o incorrecto". "Hasta que no tengamos un diagnóstico no podremos definir la estrategia futura. No queremos dar datos de antemano porque minaría nuestro intento de generar confianza", ha señalado. Por cierto, el Ceo ha admitido que hay "conversaciones de almuerzo" entre bancos para tratar posibles fusiones. "Todo el mundo habla con todo el mundo", ha afirmado. Pero ha negado cualquier oferta concreta: "No hay un acercamiento serio, con contenido", ha dicho. ¿Será que da por zanjada la de BBVA, adelantada en exclusiva por Hispanidad? Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com