Al menos 43 personas han muerto a causa de un incendio de una fábrica de bolsos de Nueva Delhi. La mayoría de los fallecidos eran trabajadores que dormían en su interior y que se asfixiaron por el humo. El incendio se declaró hacia las cinco de la mañana en un edificio de seis plantas, situado al oeste de la ciudad, en el que se almacenaba gran cantidad de materia prima, lo que hizo que las llamas se propagaran con rapidez. “Fue un cortocircuito y las personas estaban durmiendo en la fábrica y no se despertaron”, señalaba la policía. La fábrica estaba situada en una zona densamente poblada y los coches de bomberos y las ambulancias se encontraron con problemas para acceder al lugar por la estrechez de las calles y la congestión del tráfico.

El portavoz del departamento de bomberos de Nueva Delhi, Atul Garg, ha asegurado que "la mayoría" de los fallecidos y heridos lo son por "el humo". Garg comentó que "no se dieron cuenta del incendio porque estaban durmiendo" y agregó que "en India es común que algunos trabajadores duerman en los lugares en donde trabajan".

Una costumbre habitual y fruto del régimen de esclavitud en el que viven los trabajadores de un país cuya economía crece rápido pero que sufre gravísimos desequilibrios sociales. Las previsiones del Fondo Monetario internacional apuntan a que la India podría superar este mismo año al Reino Unido, con 66 millones de habitantes, como la quinta mayor economía del mundo. El PIB indio es de 2,6 billones de dólares, aproximadamente, 2,4 billones de euros, el doble que el de España donde hay 47 millones de personas.

Narendra Modi tiene como uno de sus principales objetivos, duplicar el PIB del país en solo cinco años. Un ambicioso plan que prácticamente la mayoría de los analistas califican de irrealizable

Según un informe de Naciones Unidas, India se colocará por encima de China como el país más poblado del mundo en menos de una década. Ambos albergan a alrededor del 37% de la población mundial, que es de unos 7,700 millones de personas; actualmente, en China viven a alrededor de 1,400 millones de personas y en la India, 1,300 millones.

La fortaleza de los grandes números del gigante asiático, sin embargo, no debe llevarnos a equívoco. Ya sabemos, desde la distancia en la mayoría de los casos, cómo es vivir en un país en el que, por ejemplo y hablando del mercado laboral, cada año pierden la vida unas 50.000 personas en sus puestos de trabajo. al menos que están contabilizadas. Es una media de más de 150 trabajadores muertos a diario. Por ejemplo, y para hacernos una idea más exácta, en España fallecieron 650 personas por accidentes laborales en 2018 según datos del Ministerio de Trabajo. Una tasa que ha disminuido el 62% desde 1988.

Las que se producen en la India son solo las muertes que recogen los datos oficiales, que aparecen en la prensa local a diario y que saltan a los grandes informativos del mundo cuando las cifras de víctimas mortales son lo suficientemente altas, como han sido las del incendio de Nueva Delhi donde, el portavoz del departamento de bomberos aseguraba que a las empresas indias no invierten en seguridad porque les sale más rentable asumir el coste en indemnizaciones de un posible accidente antes que modernizar sus instalaciones.

El mercado laboral indio es el paradigma de la irregularidad, un eufemismo tras el que se esconde la más absoluta precariedad. Contratos verbales que duran un día, sueldos míseros, incluso inexistentes si tu lugar de trabajo es al mismo tiempo el lugar donde resides, profesiones de riesgo que no cuentan con medidas de protección mínimas.

Según un informe de Naciones Unidas, India se colocará por encima de China como el país más poblado del mundo en menos de una década. Ambos albergan alrededor del 37% de la población mundial

La mayoría de los 480 millones de trabajadores que forman el mercado laboral indio están en la economía sumergida. Nueve de cada diez tienen empleos irregulares y cada año acceden a este mercado entre seis y doce millones más

En la India, la división del trabajo históricamente ha estado vinculada a la casta. Los miembros de una casta tienen que dedicarse a un oficio concreto por tradición. Es algo natural e ir en contra es sinónimo de ser impuro.

El resultado electoral del pasado mes de mayo, con una victoria arrolladora del  nacionalista  Narendra Modi, no va a mejorar las cosas. Modi, ya obtuvo, en las elecciones de 2014 y a la cabeza del Partido Bharatiya Janata (BJP), la mayoría más amplia de las últimas tres décadas.

Ahora, Narendra Modi, tiene como uno de sus principales objetivos, duplicar el PIB del país en solo cinco años a pesar de la ralentización económica. Se trata de un ambicioso plan que prácticamente la mayoría de los analistas califican de irrealizable.

El PIB de la nación crecerá un 7 % en el año fiscal 2019-20, y mantendrá un déficit del 3,4 %, según el Ministerio de Finanzas que ha hecho público un documento que fija la ruta a seguir para convertir a la India en una economía de 5 billones de dólares antes de 2025, para lo que necesita crecer un 8 % cada año.

¿Es un objetivo realista?  Parece que no porque la India está creciendo muy por debajo de su potencial y para solucionar esto, según los expertos tiene que hacer frente a muchos problemas algo que parece imposible teniendo en cuenta la política bastante errática que sigue el Gobierno de Narendra Modi.

¿Quién es Narendra Modi?

Narendra Modi es un político muy polémico, amado y odiado tanto tanto en su país como fuera, y que sorprendía con su contundente victoria en las últimas elecciones a sus oponentes, quienes confiaban de que se produjera un cambio de gobierno.

Para muchos, su victoria en 2014 se la garantizó el RSS, al que muchos definen como el partido de los Hermanos Musulmanes de la India. Los miembros del Rashtriya Swyamsevak Sangh, RSS, grupo paramilitar ultranacionalista hindú, ejercen una influencia directa en los programas del BJP, (Bharatiya Janata Party), partido nacionalista hindú, actualmente en el gobierno, y que funciona como una fuente ideológica de línea dura. Incluso antes de su llegada al poder, Modi ha destacado por un mensaje populista y nacionalista del que, dicen, le ha servido para excluir, incluso perseguir, minorías étnicas o religiosas y por eliminar cualquier tipo de discurso disidente.

En la India, hay 966 millones de ciudadanos hindúes, es decir, el 80% de la población, mientras que hay 172 millones de musulmanes (alrededor del 14%) y 29 millones de cristianos (2,3%).

Modi ha sido cuestionado por impulsar una política que promueve la intolerancia religiosa. Un informe de febrero de 2019 de Human Rights Watch ponía de manifiesto que, entre mayo de 2015 y diciembre de 2018, al menos 44 personas, 36 de ellas musulmanes, fueron asesinadas en 12 estados indios. Una persecución que se ha extendido a los cristianos y con especial virulencia. En el primer semestre de 2019, se produjeron 158 episodios de violencia contra cristianos en 23 estados de la India, en los que 110 mujeres y 89 niños resultaron heridos. Así lo indica, el Foro Cristiano Unido (UCF, por sus siglas en inglés).

Según el ADF,  Alianza por la Defensa de la Libertad, organización internacional cristiana, los sentimientos y actos anticristianos en la India han aumentado desde que llegara al Gobierno el primer ministro Narendra Modi. En la India, hay 966 millones de ciudadanos hindúes, es decir, el 80% de la población, mientras que hay 172 millones de musulmanes (alrededor del 14%) y 29 millones de cristianos (2,3%).