Al actual Gobierno alemán -una coalición entre los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz, los liberales y los ecologistas- se le complica cada vez más la situación económica, y ya se sabe, cuanto más pobre, más progre, pan y circo para el pueblo. Si el martes contamos en Hispanidad que el Gobierno estaba estudiando despenalizar el aborto hasta el sexto mes de embarazo, ahora los alemanes ya tienen su nueva ley trans: Ley de Autodeterminación.

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Olaf se encontró con la oposición de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Alternativa para Alemania (AfD) y la izquierdista Alianza Sahra Wagenknecht (BSW). En la nueva norma las personas transexuales, intersexuales o que no se identifiquen ni como hombres ni como mujeres, podrán cambiar su inscripción de género con un mero acto administrativo a partir del 1 de noviembre. Bastará con una declaración en el registro civil y el texto no pone límite a la frecuencia con la que se podrá cambiar de sexo. Así, el progresista gobierno alemán elimina, como en el caso español, los informes psicológicos para poder cambiar de género y nombre. 

En el caso de los menores de 14 años serán sus tutores legales lo que deben hacer la declaración en el Registro Civil en su nombre, estando presentes los menores en el momento de la declaración. Sin embargo los menores que sean mayores de 14 años sí pueden hacer la declaración y sólo necesitarán el consentimiento de sus tutores. Si los tutores no dan el consentimiento, será un tribunal de familia el que decida la petición del menor. 

Los partidos que se opusieron mostraron enérgicamente su rechazo, la diputada de la CDU Mareike Lotte Wulf afirmó que se está descuidando la función protectora del Estado hacia los niños y que no se está haciendo nada para prevenir posibles abusos. Por su lado, Alternativa para Alemania (AfD) tachó la norma de "disparate ideológico" y el líder de Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) aseguró que con "el género deja de ser un hecho biológico para convertirse en una cuestión de estado de ánimo".