Sr. Director: En el Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el Papa lamenta que los países dediquen todos sus esfuerzos a impedir la entrada de migrantes, en lugar de poner en marcha "políticas adecuadas de acogida", o en su defecto, "programas de repatriación segura y asistida". El diagnóstico es perfectamente aplicable a España. Desde la Conferencia Episcopal y Cáritas se ha lamentado el trato que muchas veces se da aquí a las personas y familias inmigrantes. Es cierto que la sociedad española ha sido modelo en la acogida e integración de extranjeros, nada menos que unos 6 millones entre 1990 y 2013, pero las trabas legales se han complicado considerablemente en los últimos años. Esto no significa negar la necesidad de regular las fronteras, pero es posible hacerlo con mucha mayor generosidad y sensibilidad, comenzando por dejar de ver en la inmigración una amenaza, en vez de una oportunidad de enriquecimiento para todos. Valentín Abelenda