Sr. Director:

El crédito político de Puigdemont se está acabando. Al menos esa es la conclusión de la encuesta publicada en los últimos días de noviembre por el CIS catalán. Ese sondeo apunta una caída en la intención de voto de JxCAT que perdería hasta 10 escaños. Los votos independentistas que se marchan de la formación de Puigdemont se reparten entre ERC y la CUP. ERC se convertiría en la fuerza más votada. Esta migración dentro del independentismo permite sacar dos conclusiones. Entre los partidarios de la secesión los políticos presos tienen más apoyo que el expresidente de la Generalitat fugado. Y segunda conclusión, JxCat ha fomentado un voto radical que encuentra cobijo en la CUP. ¿Era eso lo que pensaban conseguir JxCat?