Sr. Director: He tenido que pasar últimamente por un hospital público como es el Hospital Clínico de Barcelona y me ha dado la sensación que es solo para los independentistas: lazos amarillos y las pancartas habituales que usan las organizaciones secesionistas ANC y Omnium Cultural. Es lamentable que un hospital pagado con los impuestos de todos abandone la neutralidad política para ponerse al servicio de una minoría. Una vez más estamos ante un abuso de unos políticos y de unos directivos puestos a dedo por esos políticos que consideran que lo que es de todos debe estar exclusivamente al servicio de su ideología y de sus ideas políticas. Algunos no entienden que los pacientes vamos al hospital para curarnos, no para que nos adoctrinen. Pilar González