Juan Carlos Monedero (en la imagen) es como las estrellas del rock and roll que se resisten al peso de la edad o como los toreros que se vuelve a poner la coleta. Deja la dirección de Podemos, sacudiendo previamente a Pablo Iglesias, y luego parece como que hacen las paces. Y ahora vuelve a sacudir, raudo y veloz, en declaraciones a El País, a la misma formación para la que dice trabajar. En silencio, prometía, y ahora, de repente, con la boca muy llena. No tiene arreglo este chico porque le cuelga un problema doble. Por un lado, le han pillado el mismo número de pufos que meses llevaba en política. Por eso se tuvo que marchar o le tuvieron que purgar. Pero no se resigna a callar, lo que conecta con su segundo problema: un ego planetario. No vean más: no se puede resignar a que deje de sonar una mente revolucionaria tan preclara. Su voz sigue y seguirá mientras le den cuerda. Hispanidad redaccion@hispanidad