El presidente de la Comisión Gestora del PSOE, Javier Fernández (en la imagen), es uno de esos socialistas clásicos, preocupado por la justicia social, el paro, los salarios y el subempleo. Es decir, de lo que tiene que preocuparse un socialista. Fernández no es un progre. Es decir, no es alguien que grita: "aborto libre y gratuito y ahora ya podemos forrarnos de dinero". Ingeniero, ha mamado el problema laboral en las mismas de Asturias. Sabe, por lo tanto, que ayudar a los trabajadores no es prometerles salarios crecientes sin esfuerzo alguno. Y no ha degenerado, como buena parte de la izquierda, hasta el progresismo. El único problema es que en el PSOE cada día quedan menos Fernández y cada día contemplo más progres. Hispanidad redaccion@hispanidad.com