Dicen los constructores de automóviles que el coche eléctrico no acaba de instalarse por las razones habituales: escasa autonomía, recarga difícil, baterías muy caras, poca velocidad y precios altos. Pero el factor que más negativamente influye no es ese, sino por una quisicosa absolutamente vital: a ningún automovilista le agrada conducir en la reserva, y resulta que si la autonomía es escasa, el conductor de coche eléctrico tiene siempre la sensación de circular con la reserva. Hispanidad redaccion@hispanidad.com