• La Comisión Europea se da de plazo hasta enero para investigar la operación.
  • Le perecen insuficientes los compromisos dados para unirse tras los procesos de concentración en el sector.
  • La comisaria Vestager teme un impacto excesivo para agricultores y consumidores en precios, innovación y calidad.
Bruselas investigará a fondo compra de Monsanto por el gigante alemán Bayer por el peligro de oligopolio de esa operación. No lo ha anunciado con esas palabras, pero parecidas: la fusión crearía la mayor empresa global en los mercados de los pesticidas y semillas. Ese peligro no es una novedad. De hecho, la operación encendió, como señalamos en su día, todas las alarmas cuando se anunció en 2016, no sólo económicas sino éticas. La Comisión Europea añade ahora que se trata de dos "competidores con carteras líderes en herbicidas no selectivos, semillas y propiedades y agricultura digital". Bruselas tiene en cuenta, además, los movimientos de concentración en ese sector. Hace cinco años, en 2011, en efecto, el 75% dependía de cinco firmas: Monsanto, Bayer, Basf, DuPont y la suiza Syngenta. Pero todo ha cambiado en los dos últimos, cuando Dupont se ha fusionado con Dow Chemical, y el gigante asiático China National Chemical Corporation (Chem China) con Syngenta. El efecto, el problema de una menor competencia se podía trasladar peligrosamente a la subida de precios y a la caída de la calidad ante menos donde elegir. Margrethe Vestager, comisaria de Competencia, ha añadido que se trata de un mercado "esencial" para los agricultores y los consumidores, lo que obligar a "asegurar una competencia efectiva" para que unos y otros puedan acceder a "productos innovadores, de mejor calidad y a precios competitivos". Bayer y Monsanto presentaron en junio una serie de compromisos a la Comisión Europea, pero Bruselas los considera "insuficientes" y se ha dado más tiempo, hasta enero, para tomar una decisión. Rafael Esparza