Tras la Primera Guerra Mundial y con el objeto de racionalizar las energías más básicas como el carbón, los dirigentes de todo el mundo llegaron a la conclusión de que, según en qué estación del año, debía haber una hora u otra. Una más de la que correspondía o una menos, según el momento, que suponía un ahorro energético tanto para industrias como para familias. Bajo esa premisa siempre se fue cambiando la hora en hasta dos ocasiones a lo largo de los años, en temporada estival o invernal, hasta que el cambio climático entró de lleno en la opinión pública. En el siglo XXI es cada vez más debatida la medida y diferentes estudios han ido demostrando que el ahorro energético es mínimo, incluso llegando a suponer en ocasiones problemas de salud, recuerda El Economista.

La Unión Europea analiza desde 2018 las ventajas y desventajas de suprimir el cambio de hora, recuerda El Economista.

Pero Bruselas todavía no ha tomado ninguna decisión al respecto. Y eso que una consulta ciudadana la aprobó por abrumadora mayoría. El 84% de los consultados se mostraron a favor de abolir el cambio horario, por un 16% que prefiere que siga igual. Los europeos lo tenían claro, pero no sus dirigentes, recoge Geografía Infinita.

El 62,5% de los españoles consultados querían acabar con el cambio horario, por un 19,1% que prefería dejar las cosas como están

En España también el Gobierno lo estudió a nivel nacional en 2018 y el CIS de noviembre del mismo año preguntó al respecto. El 62,5% de los españoles consultados querían acabar con el cambio horario, por un 19,1% que prefería dejar las cosas como están. Entre los favorables al cambio, el 65,4% prefiere mantenerse en el horario de verano y un 13,8% en el de invierno, añade Geografía Infinita.

Otro debate es si España debería instalar el horario de verano de Londres, al que geográficamente pertenece. Y es que España no tiene el horario que le corresponde por su situación geográfica. Esto es así desde que en 1940 al régimen de Franco se le ocurrió añadir una hora para así tener el mismo horario de la Italia y de Alemania, en vez del de países más cercanos como Inglaterra, Portugal o Marruecos, recuerda Geografía Infinita.

Después, en los años 80, en España se institucionalizó la costumbre de añadir una hora más en verano, al igual que muchos otros países. De este modo, el desfase horario en la península respecto de la hora solar durante ese periodo de horario de verano (hasta octubre ) es de más de dos horas (en Galicia más de tres).

En los últimos días, el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha reconocido como oficiales los cambios de hora hasta 2026, por lo que hasta entonces, salvo nuevo anuncio, se mantendrán los cambios horarios en marzo y octubre de cada año. Asimismo la orden del BOE recuerda que en 2018 se creó una comisión de expertos para el estudio de la reforma de la hora oficial, en virtud del interés que suscita esta cuestión, a raíz de la iniciativa de la Comisión Europea para acabar con los cambios de hora estacionales. «No obstante, dicha propuesta de supresión de los cambios horarios no ha sido adoptada hasta ahora». La pandemia interrumpió los trabajos de esa comisión con trece expertos, entre los que se encuentran el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), o el físico de la Universidad de Santiago de Compostela, Jorge Mira, entre otros, recoge ABC.

Lo bueno es que si logramos que esto se apruebe, ya no tendremos que seguir haciendo esta estupidez...

Sin embargo, en EEUU parece que se han tomado en serio el tema de acabar con los cambios horarios: el Senado aprobó un proyecto de ley para que el horario de verano sea permanente, recoge Independent.

La Ley de Protección del Sol fue aprobada por consentimiento unánime en el Senado el martes. Eso sí, para que esta medida vea la luz al final del túnel, la Cámara de Representantes (Congreso) también debe dar su visto bueno que, posteriormente, pasaría al presidente, Joe Biden, para que la sancionase.

El senador republicano de Florida, Marco Rubio, dijo tras su aprobación que “es un grupo ecléctico de miembros del Senado de los Estados Unidos a favor de lo que acabamos de hacer aquí”. “El fin de semana pasado pasamos por ese ritual bianual de cambiar el reloj una y otra vez y la interrupción que eso conlleva”, agregó. “¿Por qué seguimos haciéndolo? Esto en realidad comenzó en 1918 como una práctica que se suponía que ahorraba energía”.  “Lo bueno es que si logramos que esto se apruebe, ya no tendremos que seguir haciendo esta estupidez... perdón por el juego de palabras, pero llegó la hora de hacer este cambio”, bromeó Rubio para concluir.