A un pueblo ganadero de Pensilvania, McKinley, llegan Steve y Sue, dos ejecutivos de una multinacional  con el objetivo de comprar terrenos para la perforación y extracción de gas. La mala situación económica de muchos de los propietarios provoca que los habitantes del lugar se dividan entre los que están a favor y los que están en contra de la venta. Para complicar más el asunto, en el escenario aparecerá un simpático ecologista…

Filme de denuncia, el desarrollo y las argumentaciones de Tierra prometida son tan  agradables como  ligeras. Con un guión escrito por los actores Matt Damon y John Krasinsky, que se han reservado los papeles más jugosos de la historia, en este drama humano se plantea la habitual disputa entre los fríos intereses de las grandes corporaciones frente a los de los humildes ciudadanos, en este caso ganaderos.   

Nadie puede negar que la película  discurre de forma amable pero el discurso es tan simple y tan poco novedoso  que provoca que se recuerden  con nostalgia películas anteriores del mismo estilo pero mucho más redondas como la simpática: Local Hero, de  Bill Forsyth, nada menos que  del año ¡¡1983!!...

Para: Espectadores no demasiado exigentes que les gusten las películas ecologistas