La política española sigue haciendo seguidismo de Francia. Si la derecha mira a Nicolás Sarkozy como su ejemplo y lo pasea en su convención nacional, la izquierda presume de Segolene Royal, la socialista francesa que compite en las primarias del Partido Socialista Francés contra el stablishment de la izquierda gala, prejuicios incluidos. Por ejemplo, su pareja sentimental le ha tenido que corregir en público porque Royal se ha atrevido a poner en cuestión el sistema público de educación.

Como era de esperar, Royal ha sido recibida en la Conferencia Política del PSOE flanqueada por De la Vega, ese alarde de igualitarismo feminista a la española. Y como era de esperar también, la francesa ha alabado la política de igualdad de ese feministo llamado Zapatero. Pero lo que no estaba en los cálculos era la crítica de la candidata socialista a las primarias hacia la política de inmigración española, regularización masiva incluida. No puedo decir que vaya a seguir la misma política que en España. Todo un varapalo a los prebostes del PSOE en plan Conferencia Política y con el asunto migratorio como estrella en la agenda política. Y es que una cosa es la afinidad ideológica y otra, la nacionalidad. Y en ocasiones, esta última pesa más. Antes franceses que socialistas. Igualito que los cainitas españoles.