El mal momento que atraviesan ambos bancos tiene su reflejo en la cotización. Emilio Botín vive a caballo entre Londres y Madrid, para intentar parar el derrumbe bursátil del grupo: 55% de caída anual. FG vuelca la manguera de euros sobre los editores para ocultar una caída del 48,5%. Además, el caso Madoff, con el protegido de FG como máximo responsable, ha provocado una subida de tono en la guerra sorda que libran el presidente y el consejero delegado del BBVA

Los servicios de propaganda de Santander y BBVA, dirigidos por Juan Manuel Cendoya y Javier Ayuso Canals, respectivamente, presionan a las empresas periodísticas para conseguir un trato bonancible en sus informaciones. Los dos grandes bancos atraviesan un momento difícil, y no dejan de utilizar toda su influencia -personal, accionarial, financiera y publicitaria- sobre los multimedia españoles. Presionan a los editores para que éstos, a su vez, impartan consignas entre los periodistas, lo que está provocando cabreos en muchas redacciones.

Lo cierto es que los dos bancos no tienen nada contentos a los inversores u analistas. El Santander, afectado por una ampliación de capital que ha depreciado la acción, así como por los escándalos Lehman y Madoff, tiene a su presidente, Emilio Botín, con una pierna en Madrid y otra en Londres.

Por su parte, el BBVA ha salido mucho más tocado que el Santander en el caso Madoff. Es cierto que Botín puede enfrentarse a muchos pleitos, pero las pérdidas no superarán los 25 millones de euros, mientras que en el caso del BBVA superan los 300 millones y han ensanchado la fractura interna en la entidad, ahondando las diferencias entre el presidente, Francisco González, y su consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri. El área responsable del desaguisado Madoff es la que lidera José Barreiro, protegido de FG, quien se permite el lujo de puentear al consejero delegado. Madoff representa el jalón de la venganza de Goiri ante el aventajado Barreiro.

En resumen, la inversión del Santander en Madoff es mayoritariamente por cuenta de clientes, la del BBVA era propia.

Por lo demás, el BBVA es aún más generoso que el Santander con la manguera de los euros para editores, y, asimismo, para castigar a periodistas rebeldes. Más que el Santander, que prefiere la relación institucional estable (más barata). Y ambas cosas significan, justo eso que está usted pensando.

Todo este terremoto interno se refleja en la cotización de ambos bancos. El Santander, que llegó a ser el valor mejor tratado de la bolsa española, vale ahora 53.000 millones de euros, tras haber perdido un 55% de su valor. El BBVA, no alcanza los 32.500 millones de capitalización, tras dejarse un 48,5% durante los últimos doce meses.

Si lo comparamos con el nuevo valor de referencia del Ibex 35, Telefónica, la operadora vale 77.000 millones de euros, y la crisis se le ha llevado un 26%.

Por ello, Botín y FG están angustiados intentando tranquilizar a la comunidad financiera de que ni el aumento de la mora, ni los préstamos a promotores inmobiliarios y empresas de infraestructuras, ni la falta de liquidez, ni la profusión de créditos apalancados puede llevar a la quiebra, todo hay que decirlo, a dos de los grupos bancarios más solventes y rentables de Europa.

Eso sí, hay dos aspectos que están sufriendo mucho en este proceso: la cotización y la libertad de prensa.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com